“Soy amigo de Guille Cantero y no tiene nada que ver”, indicó el dueño de uno de los locales baleados
Junto con uno de sus hermanos, Beto Riba lleva adelante el negocio familiar de 27 de Febrero y Laprida atacado este domingo. Cantante de cumbia y titular del Sindicato de Vendedores Ambulantes, es un personaje conocido y amigo de los Cantero a quienes desvinculó de los ataques: “Esto es una pelea política”
Beto Riba es uno de los dueños de Jorgito Juniors, el carrito de 27 de Febrero y Laprida, baleado este domingo por la noche. Es amigo de Ariel Máximo “Guille” Cantero, el líder narco de quien se sospecha que podría tener algo que ver con los ataques a locales gastronómico. Pero no, Riba desvinculó a Los Monos y apuntó a “una conspiración política” relacionada a la autonomía municipal de Rosario.
“Soy amigo de Ariel Máximo Cantero, le pregunté y no tienen nada que ver”, aseguró Riba, en contacto con el programa Radiópolis, que conduce Roberto Caferra por Radio 2. “Todo el mundo sabe que yo tengo muy buena relación con él y con su familia, por eso sé que por ese lado no”, insistió.
“Amigos puedo tener los que quiera, ahora la Justicia tiene que investigar”, reclamó.
Ex cantante de cumbia, titular del sindicato de Vendedores ambulantes, Riba es un personaje conocido: “Acá lo que dice la calle es que es una cuestión política”.
“Esto es una pelea política del señor gobernador (Omar Perotti) con el intendente (Pablo Javkin) que quiere una policía autónoma para Rosario”, precisó. Es verdad que Javkin ha reclamado la autonomía municipal y una fuerza propia, sin embargo, Perotti se ha mostrado a favor de este punto, a pesar que desde la Policía provincial no lo han visto con tan buenos ojos.
Consultado sobre la balacera y el “después de”, Riba contó que en ese momento estuvo su hermano, que no cuentan con custodia especial, aunque tienen la “tranquilidad” de ser un punto de encuentro de policías –“cada diez minutos viene un policía a comer”–, y que desde Fiscalía aún no se han comunicado con ellos para intentar aclarar qué pasó. Agregó que tampoco recibieron ninguna amenaza o indicio que podría explicar lo sucedido. Ahora sigue el trabajo como siempre. Riba lamentó la violencia y la indiferencia de las autoridades.