Sudán: manifestantes cortan calles un día después del golpe de Estado
Las protestas comenzaron horas después de la toma del poder por los militares. Miles de sudaneses inundaron las calles de Jartum y otras ciudades para manifestarse.
Manifestantes prodemocracia cortaron este martes calles en la capital de Sudán, levantaron barricadas y quemaron neumáticos, un día después de que el Ejército tomara el poder en un golpe de Estado extensamente condenado por la comunidad internacional.
El jefe de las Fuerzas Armadas y líder del golpe dijo que el primer ministro del disuelto Gobierno, quien fue arrestado el lunes junto a otros funcionarios, está en “mi casa”, y no en una prisión, por su propia seguridad.
El general Abdel Fattah al Burhan agregó que el premier Abdalla Hamdok estaba “bien de salud”. “Regresará a su casa cuando termine la crisis”, añadió.
Golpe de Estado en Sudán: detuvieron al primer ministro, Abdallah Hamdok
El golpe llegó luego de varias semanas de crecientes tensiones entre los militares y el liderazgo civil por la marcha de la transición de Sudán hacia la democracia desde el derrocamiento del exlíder Omar al-Bashir en 2019, tras un Gobierno autocrático de 30 años.
El golpe llegó luego de varias semanas de crecientes tensiones entre los militares y el liderazgo civil por la marcha de la transición de Sudán hacia la democracia desde el derrocamiento del exlíder Omar al-Bashir en 2019
El Consejo de Seguridad de la ONU tenía previsto discutir la crisis durante una reunión a puertas cerradas en horas de la tarde.
En su segunda aparición pública desde la toma del poder, el general Burhan reiteró que las FFAA se vieron obligadas a intervenir para resolver las disputas entre los distintos sectores políticos.
“El país entero estaba paralizado debido a rivalidades políticas”, dijo en una conferencia de prensa transmitida por cadena nacional.
“La experiencia de los dos últimos años ha probado que la participación de fuerzas políticas en el periodo de transición es perjudicial y promueve las peleas”, agregó, informó la agencia de noticias AFP.
Gobiernos occidentales condenaron el golpe y exigieron la inmediata liberación de Hamdok. Estados Unidos anunció la suspensión de una ayuda de 700 millones de dólares a Sudán, un país africano de cultura y lengua árabe.
Las protestas comenzaron horas después de la toma del poder por los militares. Miles de sudaneses inundaron las calles de la capital, Jartum, y otras ciudades para manifestarse.
Al menos cuatro manifestantes murieron y otros 80 resultaron heridos cuando fuerzas de seguridad abrieron fuego contra algunas de las protestas, informó el sindicato Comité Médico de Sudán.
Decenas de manifestantes continuaban este martes en las calles de Jartum y de la vecina ciudad de Omdurman, pero no se veían escenas de represión como las de la víspera, informó AFP.
La noche del lunes, sin embargo, soldados y militares de las temidas Fuerzas Rápidas de Apoyo persiguieron a manifestantes por barrios de Jartum, y la organización Human Rights Watch dijo que usaron balas de plomo en la represión de las protestas.
Para el sábado fue convocada una masiva marcha para exigir una vuelta a un Gobierno civil.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, exigió el fin de la violencia contra los manifestantes y el restablecimiento de los servicios de Internet.
Agregó que Estados Unidos estaba coordinando con aliados “para trazar un enfoque diplomático común para lidiar con estas acciones y evitar que deriven en una mayor inestabilidad en Sudán y la región” del este de África.
La ONU y la Unión Europea (UE) también condenaron el golpe y exigieron la liberación de Hamdok.
La intervención se hizo necesaria por las continuas peleas entre los distintos sectores políticos, luego de varias semanas de tensiones por el curso y el ritmo de la transición de Sudán
Rusia, en cambio, atribuyó el golpe a “una política equivocada” y a “la injerencia extranjera” en este país, donde rusos, turcos, estadounidenses y sauditas se disputan la influencia atraídos por sus estratégicos puertos en el mar Rojo.
El lunes, Burhan anunció por la TV estatal, tomada por los golpistas, la disolución del Gobierno y del Consejo Soberano, el cuerpo integrado por militares y civiles que se creó tras la caída de Al-Bashir para gobernar el país en su transición a la democracia.
Dijo que la intervención se hizo necesaria por las continuas peleas entre los distintos sectores políticos, luego de varias semanas de tensiones por el curso y el ritmo de la transición de Sudán.
El general declaró el estado de sitio y dijo que las FFAA nombrarán un gobierno de tecnócratas hasta las elecciones, previstas para julio de 2023.
La Asociación de Profesionales Sudaneses, un grupo de sindicatos que lideró las protestas contra Al-Bashir, urgieron a la ciudadanía a ir a una “huelga general” e iniciar una campaña de “desobediencia civil”
Por su parte, el Movimiento de Liberación Popular Sudán-Norte, el principal grupo rebelde del país, denunció el golpe y llamó a la gente a tomar las calles.