“Superficies de inscripción”: volver a escuchar las voces silenciadas de nuestra historia
El viernes, a las 19 horas, en la Sala Cero del Museo de la Constitución, se habilita una intervención artística de Rosa García y Victoria Tolissa
El proyecto fue elegido en la convocatoria abierta que hizo la Municipalidad para generar reflexiones en torno al fragmento de la Carta Magna que inicia el recorrido por el museo.
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La Sala Cero del Museo de la Constitución recibe a sus visitantes con un objeto cargado de simbolismo. En el centro del espacio, una enorme piedra parece anclar el edificio a esa parte del suelo santafesino y sobre ella se inscriben algunas palabras de la Carta Magna: “para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo”. A partir de este viernes, la Municipalidad propone seguir reflexionando sobre ese y otros contenidos que constituyen la narrativa del Museo. A las 19 horas quedará inaugurada la intervención artística “Superficies de inscripción”, de la historiadora Rosa García y de la arquitecta y gestora cultural Victoria Tolissa, que fue seleccionado junto a otras dos propuestas en una convocatoria que se extendió entre enero y febrero de este año.
Propuestas para la Sala Cero
El concurso estuvo destinado a artistas visuales, arquitectos y diseñadores, a los que se alentó para que generen cruces entre sus saberes disciplinares, poniendo el foco en la narrativa del Museo de la Constitución, desde las perspectivas de género, accesibilidad e interculturalidad. La invitación fue para que plasmaran sus ideas en proyectos visuales, audiovisuales o instalaciones de sitio específico, es decir que fueran pensados para la Sala Cero, teniendo en cuenta su espacialidad y contenido. Los tres proyectos que fueron seleccionados reciben un reconocimiento de $ 45.000, a partir de una política de premiación que implementa la Municipalidad para estimular la producción cultural y democratizar el acceso a las salas y museos.
En ese marco, además de la intervención que se realizará por primera vez este viernes, fueron seleccionados los proyectos “Disposiciones transitorias” del Grupo Deatres, que coordinan las artistas visuales y educadoras santafesinas Raquel Minetti y Victoria Ferreyra; y “A la deriva, para nosotros, para nosotras. Recorridos multisensoriales en las orillas”, del comunicador y fotógrafo, Pablo Martín Cruz y de la antropóloga Celeste Medrano, con trayectoria en artes plásticas y escénicas.
El comité evaluador estuvo integrado por Priscila Sandoval, en representación de la Secretaría de Educación y Cultura; María Soledad Artigas, por la Dirección de Mujeres y Disidencias; Gabriela Bruno, por la Subdirección de Accesibilidad y Derechos para las personas con Discapacidad; Publio Molinas, por la Dirección de Derechos Humanos e Integración; y Lucas Condal, en representación de la Asociación de Amigos Museo Parque Biblioteca de la Constitución.
Superficies de inscripción
Con la técnica de mapping se proyectará sobre el fragmento del preámbulo, una fotografía tomada por Pedro Tappa, en 1872. La imagen retrata a un grupo de mujeres, de niños y niñas mocovíes que fueron sustraídos de su comunidad de origen en el Chaco, mientras esperan en el patio de una casona señorial del barrio sur, para ser trasladados a una reducción en San Jerónimo del Sauce. A partir de esa fotografía -explicaron García y Tolissa en su proyecto- trabajarán “en la deconstrucción del ‘nosotros’ del siglo XIX, interpelado por el ‘otros’ de los actores silenciados por el proyecto de la modernidad”.
La investigación que permitió reconstruir la trama detrás de la foto se inició hace dos años, en una actividad que realizó Rosa García para el Museo Histórico Provincial, a partir de imágenes que forman parte de su patrimonio. En ese contexto, encontró la imagen captada por Tappa y avanzó en su indagación. “En nuestra historiografía hay muy poca producción sobre la situación de las mujeres indígenas a fines del siglo XIX porque hay una mirada sesgada que recupera en primer lugar la historia política, institucional, lo militar, que involucra específicamente a los varones. Por otro lado, durante todo ese período y gran parte del siglo XX, las comunidades aborígenes y afrodescendientes son consideradas como “otros” que no son parte del “nosotros” que la Nación construye como rasgo de identidad”, explica.
En los partes de campaña a territorio indígena, que consultó en el Archivo Provincial de Santa Fe, la historiadora encontró los datos consignados de cuántas “chinas” se habían capturado en esas incursiones y por cuánto dinero eran vendidas. La foto, dice García, “me recordó a los prisioneros en los campos de concentración nazi, salvando todas las distancias históricas y contextuales específicas. Esas mujeres están en un lugar de “espera concentracionaria”. Ahí esperan un “destino final” que será la reducción de San Jerónimo del Sauce o la casa de algunos vecinos y vecinas de la ciudad”.
Repensar los museos
La propuesta visual de la intervención busca contraponer el texto inscripto en la piedra con la fotografía, a partir de un trabajo de edición que permitirá descomponer distintos planos y detallar pequeñas escenas dentro de la misma toma. Las dificultades que surgen de reproducir una imagen que tiene el deterioro propio del paso del tiempo, se aprovechan para construir “ciertas simbologías y ciertas metáforas incluso con las partes borrosas, porque justamente esos ‘otros’ están borrosos para la Nación, para la Constitución, para la Historia, para la ciencia y para los museos”.
Estas concepciones se cristalizaron a lo largo del tiempo en la propia organización de los museos, donde los denominados históricos reconstruyen el pasado de la Nación, mientras los etnográficos se abocan a la historia de los pueblos que son dejados fuera de ese relato. “Con Victoria consideramos que los museos han sido tradicionalmente instituciones muy conservadoras respecto de las visiones sobre el pasado y el modo en que lo representan desde sus vitrinas. En muchos casos las museografías objetivan esta noción de un ‘otro’ menos importante que el ‘nosotros’, al que hay que civilizar para que luego pueda formar parte de la Nación”, sintetiza Rosa García.
De esa decisión surge también el título de la propuesta, que retoma un concepto de Francoise Deotte. “La memoria –dicen las autoras- es un elemento esencial en la batalla por el poder. Los vacíos en la memoria, las historias que no llegan nunca a contarse, a registrarse, a transmitirse, son historias que no tienen superficie de inscripción”. Con esa metáfora se proponen que la piedra donde se grabaron las palabras del preámbulo, “admita nuevas inscripciones, nuevas historias, nuevos sujetos en el relato histórico y en las narrativas museales”. Para llevar adelante su propuesta cuentan con la producción técnica de Franco Strubia, y el asesoramiento de Javier Manso, quien proveerá los proyectores que requiere este proyecto.
Activaciones para tomar la palabra
Por las características técnicas que requiere la intervención, se llevará a cabo los viernes 17 y 24 de septiembre, el 1 y el 8 de octubre; y los sábados 18 y 25 de septiembre, el 2 y el 9 de octubre. Siempre de 19 a 20.30 horas, con entrada gratuita.
Todos los viernes habrá activaciones en torno a la propuesta. En la inauguración se realizará un conversatorio con la participación de Rosa García; Gladis Jara, integrante de la Comunidad Qom de barrio Las Lomas; y Lucía Molinas, de la Casa Indoafroamericana.
El 24 de septiembre habrá lectura de poesía de mujeres de las comunidades wichi y mapuche; y de mujeres afrodescendientes, en la voz de las escritoras santafesinas Susana Ibáñez, Sandra Gudiño e integrantes de la Editorial Legüera Cartonera. El 1 de octubre la propuesta es música en vivo con Ana Suñé, Andrea Eletti y Juan Candioti; mientras que el 8 de octubre se compartirán poesías de las mujeres de la comunidad Qom de Santa Fe; textos de la Antología “Hermanas”, escrita por mujeres afrodescendientes de Argentina, que editó Legüera Cartonera; y textos del grupo de Jóvenes Qom Shotainá.
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