Tiene alarma y rejas, pero volvieron a robar en la Escuela Normal

La escuela Normal N° 32 José de San Martín de la ciudad de Santa Fe vive horas de angustia. En menos de 15 días sufrieron tres robos y daños en sus instalaciones El último hecho ocurrió en la madrugada del jueves en la cantina del colegio. El lunes habían robado en el mismo lugar. Y la semana anterior delincuentes ingresaron al Aula Magna desde donde sustrajeron las cortinas.

Para ingresar a la tradicional institución educativa los intrusos se valieron de un ventiluz que da a calle Monseñor Zaspe. Desde allí se introdujeron y luego fueron directamente a la cantina.

En este lugar, tras violentar la puerta, sustrajeron un horno a microondas; otro horno eléctrico, cuchillas y una suma cercana a los 125 mil pesos.

Es el segundo robo que sufre la cantina en menos de una semana. El anterior golpe ocurrió el lunes cuando desconocidos ingresaron al local y sustrajeron distintas mercaderías.

Preocupación

"La verdad que esta seguidilla de hechos delictivos nos tiene preocupados. Ahora parece que se ensañaron con la cantina. Pero hace 15 días entraron al Aula Magna donde se robaron las cortinas. También robaron en el jardín de infantes donde rompieron un vidrio y sustrajeron las canillas", dijo Roberto Nasinbera, rector de la escuela, en diálogo con El Litoral.

"Tenemos alarmas, los sensores funcionaron. Pero cuando llegamos ya no encontramos a nadie".

En otra parte el docente señaló que "las escuelas estamos sufriendo muchos robos. Hace un tiempo acá nos robaban las motos de los estudiantes. Ahora seguimos con estas incursiones. Estamos muy desprotegidos".

En este sentido el rector sostuvo que desde hace tiempo, como intento por mejorar la seguridad del lugar, apelaron a la instalación de rejas. No obstante ello, además del esfuerzo económico que les significa, conlleva también un mensaje perturbador. "Cada vez parece más a una cárcel que una escuela", reflexionó.

Sociedad en crisis

Por último Nassinbera comentó que está haciendo una investigación "sobre qué puede llevar a una persona para entrar a robar a un edificio escolar. Es un lugar muy sensible, al igual que cuando roban en un dispensario de salud, en un jardín de infantes o una iglesia. Creo que son señales claras de una sociedad que está en crisis".

"Como educador a mí me preocupa. Hasta he llegado a cuestionarme si la tarea de uno ha sido cumplida", sentenció.