“Tienen miedo de que se quite la vida”: preocupa el estado de salud mental de Máximo Thomsen en la cárcel
Luego de que se elevará la sentencia por el crimen de Fernando Báez Sosa, Máximo Thomsen (uno de los rugbiers que recibió cadena perpetua), no estaría pasándola de la mejor manera en el penal de Melchor Romero.
El acusado fue aislado del grupo de 8 y su estado preocupa tanto al penal como a toda su familia.
“Mi vida no tiene sentido, nadie me quiere”, habría dicho Máximo Thomsen. Al mismo tiempo fuentes cercanas indicaron que ”Se la pasa llorando. Lee la Biblia. Tienen miedo de que se quite la vida”.
Máximo Thomsen es conocido como “Machu” en Zarate, donde creía que le esperaba un gran futuro deportivo. Pero sus actos le mostraron que su destino no era el que imaginaba ni mucho menos.
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Según cuentas, las actitudes del rugbier comenzaron a cambiar cuando se separan sus padres Rosalía Zárate y Marcial Javier Thomsen. Esto afectó de sobremanera tanto a Máximo, como a sus dos hermanos.
Su confianza en el deporte lo llevó a probar suerte en las juveniles del Club Atlético San Isidro (CASI): “Nunca terminó de integrarse en CASI. En el plantel de su nuevo club ya no era el referente, ni el jugador más fuerte, ni el capitán. Por eso nunca se mudó a San Isidro y siguió viviendo en Zárate para mantener su círculo social”, cuentan sus cercanos.
El club de San Isidro inmediatamente expulsó a Máximo Thomsen cuando se lo acusó del crimen de Fernando Báez Sosa.
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“Acá todos sabíamos que esa bandita salía a buscar pelea. A veces ni siquiera tomaban alcohol, salían a pelearse”, contó un vecino. “
Máximo no era el que buscaba pelea, esos eran los Pertossi, pero cada vez que había piñas Máximo se transformaba y no lo podían parar”, relataron personas cercanas a los 8 rugbiers condenados .