Nuevo concepto
''Trans-edad'': un japonés de 39 años se identifica como un hombre de 28 años
El hombre argumenta que la edad cronológica solo registra los años vividos, pero no define las habilidades ni el valor de una persona.
En un mundo donde la juventud se percibe como un sinónimo de éxito y un valor a preservar, surge el controvertido concepto de "trans-edad", una versión extrema del conocido síndrome de Peter Pan. Este término describe a personas que no se identifican con la edad cronológica que tienen, como es el caso de Jackie, un japonés de 39 años que asegura sentirse y vivir como un hombre de 28.
Jackie, originario de Kioto, saltó a la fama en mayo tras revelar su identidad "trans-edad" en el programa de televisión Abema Prime. Según contó, este cambio en su percepción se desencadenó hace siete años, tras enfrentar un episodio laboral angustiante. Desde entonces, decidió adoptar una edad que reflejara mejor su estado emocional y su personalidad. "Descubrí que tener 28 años es la edad en la que me siento más cómodo", explicó.
Aunque mantiene su verdadera edad en documentos oficiales y currículums, Jackie vive su día a día como si tuviera 28 años, argumentando que la edad cronológica solo registra los años vividos, pero no define las habilidades ni el valor de una persona.
El fenómeno no ha pasado desapercibido para expertos como el Dr. Takashi Sugiyama, psicólogo de la Universidad de Kanagawa, quien señala que casos como el de Jackie son un reflejo de las complejidades modernas relacionadas con el envejecimiento y la identidad. Sin embargo, esta autoidentificación también genera preguntas: ¿Dónde trazamos el límite entre la autopercepción y la realidad objetiva?
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El caso de Jackie plantea un debate más amplio sobre cómo la sociedad aborda la identidad y el envejecimiento. Algunos ven este fenómeno como una forma de autoexpresión válida, mientras otros lo consideran un desafío a las normas establecidas, con posibles implicaciones sociales y culturales.
La discusión sobre la "trans-edad" se suma a otros debates contemporáneos sobre la identidad, destacando la creciente necesidad de repensar cómo la sociedad define conceptos tan arraigados como la edad, el género y el tiempo.