Tristeza: Sol Estevanez hablo sobre la pérdida de su embarazo
La actriz relató en sus redes el difícil momento que le tocó atravesar y brindó un mensaje a todas las mujeres que pasaron por esa situación
“Hace un tiempo me perseguían las ganas de sacar afuera lo que me paso el 13 de julio de 2021, pero no sabía qué escribir, qué contar, estaba perdida, enojada y vuelta a amigarme. Dejé pasar los días, algún mes, y acá estoy, decidida, en el mes Mundial de la Concienciación sobre la Muerte Gestacional, Perinatal y Neonatal. Después de tanto tiempo… Estaba embarazada”. Así comienza el extenso y sentido texto con el que Sol Estébanez dio a conocer lo que le ocurrió hace tres meses.
“Ese martes, llegué al sanatorio ansiosa para volver a ver ese ‘puntito’ esa cosita dentro de mí, y claro que lo vi, Y sonreí, pero al girar y observar la cara de María (mi amiga y ecografista) noté una tristeza en sus ojos. Inmóvil, no podía hablarme. Un silencio espantoso invadió el consultorio; invadió mi alma. Solo tomó mi mano y me dijo: ‘Se detuvo Sol, se quedó’”, continuó su relato, que acompañó con una imagen de su última ecografía.
“Me quedé con los ojos cerrados. No podía abrirlos. El celular cae entre mis brazos. Lo único que escuchaba era a Nito [su esposo, el polista Mariano Uranga] en videollamada (estaba trabajando afuera) que no sé como, con esa entereza que tanto lo caracteriza, me tranquilizaba con sus palabras mágicas y me daba fuerza para ‘levantarme’ de esa camilla fría y dolorosa”, rememoró.
Y siguió: “Después de unos minutos, me paré. Los tres en silencio. ¡No! ¡Los cuatro! En esa habitación éramos cuatro. Me fui a buscar a India [su hija de dos años] a la colonia de invierno. Antes de llegar, estacioné, y lloré, pero de alegría. India me esperaba contenta y volví a ver la luz de la vida. Corrió hacia mí, y me dio el abrazo más lindo de todo los mundos. Como si supiera…”.
“Más tarde, al llegar a casa, no sé cómo y en tan poco tiempo, Nito, habló con mis papás y mi suegra para esperarme y contenerme. Gracias: Nito, mamá, papá, Silvia”, expresó su gratitud. Y siguió con el hilo de su relato, contando cómo había transitado el embarazo hasta ese momento: “Mi embarazo de 9 semanas se había detenido, sin razón alguna. Me habían hecho tres ecografías antes y tres análisis de sangre en distintas etapas para controlar el aumento de la hormona y todo venía excelente, los valores subían a lo loco y yo cantaba de alegría, mejor dicho no cantaba, gritaba feliz con cada buen resultado”.
“Estábamos felices, India también, ella me avisó antes que nadie: ‘Mami, ahí adentro -acostada sobre mi panza- hay un bebito que tiene pito”… Suspiré profundo y no dije nada, esperé. Después de más de un año de intentar quedar embarazada, pasando por mil situaciones, desilusiones y tantas lágrimas cada mes que me decían ‘negativo’ había llegado el día que todo cambiaba. Mi cuerpo bailaba de alegría al escuchar: ‘positivo Sol, estás embarazada’. La felicidad se me desparramaba por las venas, me corría la sangre a toda velocidad, ¡era un ‘sí’! Enseguida me acordé que entonces India tenía razón… estaba embarazada”, rememoró.
“¿Qué pasa?… Muy poquitas veces se cuentan estas cosas, no se hacen virales, no se dicen… Sólo subimos cosas lindas, fotos de tests positivos, ecografías sanas, caritas preciosas, y claro que eso está bien, yo también lo hice y lo haría mil veces. Pero también existen otras realidades. Nos cuesta contar el otro lado, el lado más triste; compartir lo que no fue, lo que quizás podría haber sido”, reflexionó.
La actriz fundamentó, además, su decisión de dar a conocer su historia: “Puertas adentro escuché y me han contado infinidad de casos similares de pérdidas de embarazos tan comunes, pero casi nadie lo publica. Sentí hacerlo, necesitaba hacerlo y acá estoy. Mi bebito se detuvo a las 9 semanas de gestación, dejó de latir y se atrofió. Me realizaron un estudio para determinar la causa y encontraron que tenía trisomía 18 (Síndrome de Edwards), que no es compatible con la vida. La genetista del CEMIC, quien me atendió súper bien, me explicó que en mi caso fue azaroso, me tocó a mí como puede pasarle a cualquiera”.
“Pero ese bebito seguía conmigo y no quería que se vaya; no podía aflojarme, me sentía contenida por él, no importa cómo, yo seguía embarazada. Hasta que pudo irse cuando él quiso, cuando estaba listo, más precisamente cuando los dos estábamos listos… Y siguió su camino como un angelito más que nos protege siempre”, finalizó su relato.
Luego, brindó un emotivo mensaje para otras mujeres que atravesaron por la misma situación: “Para todas esas mamás que alguna vez pasaron por esto, las acompaño, las siento y las abrazo muy fuerte, con emoción. Y me sale decir: ‘La ilusión es tan grande como la fuerza de un bebito queriendo nacer; y la desilusión es tan vacía como un vientre sin vida’. Las quiero, saquen las cosas tristes si lo necesitan, es la vida, es así y hay que transitarla, pero juntas es más liviano. A mí me ayudó mucho saber que no soy la única, que no estoy sola. Empaticemos. ¡Acá estamos! Somos nosotras de carne y hueso, como todas”.