Inglaterra
Un bebé murió a las pocas horas de nacer: las enfermeras estaban conversando y no querían atenderlo
La madre de la víctima relató que escuchó al personal salud hacer bromas sobre caramelos mientras ella pedía ayuda.
Un bebé murió a pocas horas de nacer por falta de oxígeno. Su madre asegura haber escuchado a las enfermeras hacer bromas sobre caramelos cuando ella, desde la sala de espera, gritaba de dolor y pedía ayuda mientras sangraba antes de parir.
La investigación reveló que el nene podía haber sobrevivido si la embarazada hubiese sido atendida de inmediato cuando llegó al hospital con riesgo de vida tanto ella como su bebé. El personal de maternidad demoró 40 minutos en evaluarlos.
Amelia Bradley, de 26 años, llegó al Hospital King’s Mill en Sutton-in-Ashfield, Nottinghamshire, en septiembre del año pasado con trabajo de parto. Mientras estaba en la sala de espera rogando atención, escuchaba que el personal conversaba y decía: “No puedo creer la cantidad de caramelos Haribo que comí esta noche”.
El pequeño Theo Bradley tuvo que ser reanimado después de los retrasos en su atención. Amelia debería haber sido atendida dentro de los 15 minutos de haber llegado al hospital, ya que no había nadie más que ella esperando en ese área. Sin embargo, tardaron más del doble en ingresarla.
Los médicos descubrieron que Theo tenía un ritmo cardíaco lento y por eso fue directo a cesárea. Según los informes, existía riesgo de vida de la madre o del bebé. Después de su nacimiento, el bebé fue trasladado a neonatología para recibir los cuidados necesarios, pero su salud se fue deteriorando y murió al día siguiente en los brazos de sus padres.
Los padres del pequeño estaban seguros de que algo había sucedido con el niño, por lo que decidieron investigar su muerte. La autopsia determinó que la causa de su fallecimiento fue una lesión cerebral grave causada por la falta de oxígeno.
La asistente del Tribunal Forense de Nottingham, Elizabeth Didcock, descubrió que su padecimiento estuvo directamente relacionado a la negligencia que sufrieron la madre y el bebé en las horas previas al parto. También dijo que si Theo hubiera nacido antes, podría haber sobrevivido.
El profundo dolor que la madre de Theo supo transformar en lucha
Amelia y su pareja, Luke Sherwood, también de 26 años, piden que la muerte de su hijo deje algún tipo de enseñanza y que se aprendan lecciones. La madre del pequeño comenzó a estudiar obstetricia con un objetivo claro: “Después de la muerte de Theo, Luke y yo hablamos de que no queremos que otra familia tenga que pasar por lo que estamos pasando”.
“Quiero honrar el nombre de Theo y utilizar esta terrible experiencia para defender a las mujeres y ayudar a brindarles la mejor atención y apoyo que deberían esperar recibir”, expresó la mujer que logró transformar su dolor en lucha.
“Perder a Theo tan pronto después de venir al mundo es algo que nunca superaremos. Estábamos deseando formar una familia y que nos arrebataran eso de una manera tan cruel no fue nada menos que traumático”, manifestó.
“Hasta el día de hoy, todavía me despierto y espero que todo haya sido una pesadilla y entonces me golpea y estoy completamente destrozada por el dolor. Saber que nuestro bebé nunca celebrará ni siquiera su primer cumpleaños es muy difícil de aceptar”, agregó y concluyó: “Escuchar todo de nuevo en la investigación ha sido insoportable, pero estamos agradecidos de tener algunas respuestas ahora”.
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La búsqueda de certezas ante la muerte del recién nacido
Laura Robinson, la abogada que representa a la familia, habló después de la audiencia y dijo: “Ha pasado menos de un año desde que Theo murió, y perderlo tan repentinamente y en circunstancias tan traumáticas sigue teniendo un profundo efecto en Amelia y Luke”.
“La investigación ha identificado problemas en la atención antes de la muerte de Theo, especialmente en relación con la comunicación, la capacitación del personal de maternidad y la cultura del personal”, afirmó y remarcó que “cada segundo cuenta cuando se trata del nacimiento de un bebé en peligro”.
“Ahora es vital que se aprendan lecciones para ayudar a mejorar la seguridad de la maternidad y evitar que otras mamás y papás sufran como Amelia y Luke. Seguiremos apoyándolos en este momento difícil”, concluyó Robinson.