Un expolicía fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de su expareja
Un expolicía fue condenado este jueves a prisión perpetua por el femicidio de su expareja Bárbara Zabala, quien fue asesinada a puñaladas frente a tres amigas cuando regresaba de festejar su cumpleaños en la localidad bonaerense de Pehuajó, en diciembre del 2019, informaron fuentes judiciales.
Con este fallo, tres femicidas fueron declarados culpables este jueves por asesinatos de mujeres en distintos puntos del país cometidos en los últimos tres años.
Fuentes judiciales informaron a Télam que por el caso de Zabala este jueves por la tarde recibió la pena máxima Brian David Dirassar (24) por el delito de “homicidio doblemente agravado por la relación de pareja y por haber mediado violencia de género”.
El fiscal Leonado Cortelezzi y el abogado Pedro Goldenberg, representante de la familia de la víctima, habían solicitado reclusión perpetua, lo que le hubiera impedido acceder a beneficios durante el cumplimiento de la pena.
Ambos habían considerado que el hecho debió encuadrarse por ese delito más el agravante de la “alevosía”, aunque esto último fue descartado por el Tribunal Oral Criminal (TOC) 1 de Trenque Lauquen, integrado por los jueces María Gabriela Martínez, Horacio Marcelo Centeno y Pedro Alejandro Gutiérrez.
“Tanto la fiscalía como nosotros vamos a recurrir la pena en Casación porque creemos que debía ser una reclusión. El Tribunal se perdió una oportunidad de sentar jurisprudencia en un hecho de estas características”, dijo a Télam el abogado Goldenberg.
En tanto, la defensora pública había solicitado en su alegato la pena mínima para el expolicía al considerar que actuó en medio de una “emoción violenta” y planteó la inconstitucionalidad de la reclusión perpetua.
“La familia de la víctima no quedó conforme con el fallo porque quería una reclusión por tiempo indeterminado”, añadió su representante legal.
Tras los alegatos, Dirassar había dicho en sus “últimas palabras” ante el Tribunal desde la Unidad Penal 30 de General Alvear, que estaba “arrepentido” por lo sucedido y le pidió “perdón a todos los presentes en la sala”.
Dirassar, quien no escuchó la lectura de la sentencia por un problema técnico en el sistema de videoconferencia de esa cárcel, pertenecía al Grupo de Apoyo Departamental (GAD) de la Jefatura Departamental de Trenque Lauquen, aunque había pedido la baja, por lo que estaba en proceso de ser desafectado y ya había entregado su arma reglamentaria y su placa de identificación de la fuerza antes del crimen de Bárbara.
Cómo sucedieron los hechos
El femicidio ocurrió cerca de la 1.30 del 6 de diciembre de 2019 en Rivarola e Yrigoyen de Pehuajó, cuando Zabala y tres amigas regresaban a sus casas desde una cervecería a la que habían ido a festejar el cumpleaños 20 de la víctima.
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Cuando llegaron a la esquina, las jóvenes se toparon de frente con Dirassar, quien estaba armado con un cuchillo de asador y comenzó a atacar a Zabala.
El hecho fue registrado por una cámara de seguridad instalada en esa esquina céntrica de Pehuajó, por lo que se vio cómo el policía lesionó reiteradamente en los antebrazos, manos y dedos a la chica cuando intentaba defenderse, hasta que le aplicó una puñalada en el pecho a raíz de la cual cayó malherida.
Las amigas llamaron a dos policías que estaban a pocos metros en un maxikiosco, pero cuando llegaron a los pocos segundos, Dirassar había tirado el cuchillo, fue reducido y no atinó a huir, añadieron los informantes.
La joven herida fue trasladada al hospital de la zona, aunque murió antes de ser asistida, ya que había perdido mucha sangre, añadieron los voceros.
De acuerdo con las averiguaciones realizadas tras el hecho, el policía tenía una restricción de acercamiento a su exnovia, quien lo había denunciado dos veces, la última el jueves anterior al crimen.
Por su parte, desde la organización Atravesados por el Femicidio difundieron que “hoy se logró justicia con tres sentencias a perpetua para los femicidas Cristian Romero, Brian Dirassar y Rubén Martiarena asesinos de Julieta Del Pino, Bárbara Zabala y Gisela Georgina Grispi, respectivamente”.
“Hubo un grito de festejo en el grupo pero no de alegría. Seríamos felices si esto nunca nos hubiera pasado y nuestras chicas estuvieran hoy con nosotros. Lo que nos queda es una sensación de tranquilidad o satisfacción ante la justicia lograda pero igual quedamos ‘atravesados’ por el dolor a perpetuidad por no tenerlas más”, concluyó la organización.