“La rebelión de las trufas"
Un grupo de monjas que dicen desconocer al papa Francisco, dejaron la Iglesia y desataron un escándalo en España
Son famosas por elaborar las trufas más caras del país. Se pliegan a un obispo rico y excomulgado.
Un grupo de monjas clarisas, llamadas así porque pertenecen a la Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara, provocaron un escándalo en España al anunciar que renunciarán a la Iglesia Católica como institución y dejarán de reconocer como autoridad al papa Francisco.
El tema pasó a ser conocido como “la rebelión de las trufas”, porque estas monjas que residen en conventos del norte del país son famosas por su repostería.
El grupo cuenta con un establecimiento de pastelería en Belorado donde preparan todo tipo de dulces. Pero se destacan sus famosas trufas, las más cotizadas de España y requeridas por los grandes chef del país.
El problema no parecer ser religioso, exclusivamente. Según los medios españoles, se debe a un viejo enfrentamiento con las autoridades de la Iglesia española que no les permiten vender un convento, algo que para ellas es crucial.
Lo más polémico es que se quieren plegar a un obispo que fue excomulgado por la Iglesia y que se presenta como duque imperial. A purpurado le encanta la riqueza y los lujos y logró convencer a las monjas para que se unan a él.
Quienes son las monjas
Se trata de un grupo de 16 religiosas que residen en Belorado (Burgos) y Orduña (Vizcaya), y está compuesto por cinco mujeres mayores, pero también monjas de entre 30 y 50 años. La madre superiora es Sor Isabel de la Trinidad.
La Orden de Santa Clara fue fundada por San Francisco de Asís y Santa Clara en 1212, con votos de pobreza y humildad.
Son muy conocidas en España por su repostería. Sus chocolates son de tal calidad que llegaron a participar incluso en Madrid Fusión, un famoso festival de gastronomía.
Sus trufas, muy cotizadas, las demandan los mejores restaurantes y cocineros de España. Llegaron a tal punto que escribieron libros de recetas de postres y dulces.
El detonante del cisma
La ruptura con la Iglesia la anunció Sor Isabel, tras un choque con las autoridades eclesiales españolas. Sucede que las religiosas pidieron permiso a las diócesis de Burgos y de Vitoria para vender el convento de Belorado a un misterioso comprador que ofrece pagar 1,6 millones de euros, para así poder pagar deudas de mantenimiento del lugar.
El convento viene siendo ocupado por las religiosas, que destinaron sus ahorros en la compra del lugar. Pero el edificio estaba en mal estado y tuvieron que destinar fondos para arreglarlo. Y la única salida que ven es venderlo y así pagar las deudas.
Como las diócesis no aceptaron, las monjas decidieron romper con la Iglesia y plegarse a la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, un minúsculo grupo de religiosos con presencia en Bilbao y Palencia que no reconocen a los papas que sucedieron a Pío XII, fallecido en 1958.
Este grupo religioso está dirigido por el “obispo” Pablo de Rojas, un personaje inquietante que se presenta como duque imperial, príncipe elector del Sacro Imperio Romano Germánico y cinco veces Grande de España. Él les ofreció ayuda económica para salir de la crisis.
Esta semana las monjas se refirieron al tema en su cuenta de Instagram, pero sin dar muchas explicaciones.
“No nos vamos de la Iglesia. Os lo iremos explicando. Así que a los que estáis preocupados por esto tened un poco de paciencia”, fue el mensaje, bastante críptico.
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El polémico obispo
De Rojas, de 42 años, proviene de una familia muy acaudalada y cuenta con el apoyo económico de algunos fieles de gran poder económico.
Fue nombrado obispo por el vietnamita Pierre Martin Ngo Dinh Thuc, también vinculado a la Iglesia Cristina Palmariana.
De Rojas, que hace cinco años fue excomulgado por la Iglesia Católica, es muy criticado por su tendencia a los lujos, el buen pasar y a sus posiciones críticas sobre la sociedad moderna.
En una entrevista a diarios vascos sostuvo que apoyaba la organización de la sociedad esencial, propia de la Edad Media, con una base sustentada por campesinos y siervos, un sector intermedio compuesto por nobles y clero, y por encima de todo el rey.
Nadie sabe cómo las monjas, que provienen de una orden franciscana, se plegaron a este personaje. Lo cierto es que las religiosas se arriesgan a la excomunión al no reconocer la autoridad del Papa.