A solo tres cuadras del río de Quilmes
Un hombre construyó durante 28 años una casa con botellas de vidrio: las fotos
No tenía dónde vivir y pensó en construirse algo rápido, sencillo y barato
Una curiosa manera de solucionar el problema de la vivienda: se hizo una casa con botellas y quedó mejor que si fuera de material.
“Soy uno de los primeros recicladores de la Argentina”, dice orgulloso Tito Ingenieri.
“Mi casa tiene más de dos millones de botellas de vidrio. Ese es el material que usé”, explicó.
Su ingenio lo llevó a re utilizar material de descarte, y no se quedó sólo con las botellas.
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“Después utilicé como ventanas ruedas de carreta y algunas puertas con hierro y chatarras de automóviles, pero todo reciclado”, asegura.
Su casa de botellas está entre las 10 casas más raras del mundo y entre los 10 edificios más raros de Argentina, por lo que fue declarada de interés municipal y nacional.
Y su propietario ha sido nombrado “Ciudadano ilustre de Quilmes”.
Tito quedó en la calle tras un mal arreglo con su ex esposa.
Le embargaron el sueldo, y cobró un peso por mes durante muchos años.
Eso lo llevó a aguidizar el ingenio y arreglárselas con lo que tenía a mano.
ero nunca pensó que iba a terminar siendo reconocido por rebuscarse un lugarcito para dormir.
Es que su casa, que tiene varios pisos, es un ejemplo de reciclado y arquitectura no tradicional. Y un testimonio de su voluntad y esfuerzo.
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Utilizó todo tipo de botellas, de variados colores y diferentes tamaños: desde envases de aceite hasta botellas de cerveza o de vino.
Está coronada por un faro, de 15 metros de altura, que hace que la casa, cuando hay viento, silbe.
Si bien logró hacerse rápidamente un pequeño refugio, llegar a la casa que tiene en la actualidad le llevó 28 años.
El reciclaror implementó un sector de la vivienda de su como museo, y recibe visitas de gente de distintos barrios del Conurbano.
En realidad, nunca termina de construirla. “Hay que arreglar los techos de la parte de adelante porque son chapas viejas. Como no recibo ayuda del Estado, tengo que juntar la plata para hacer esa reparación”, indica.
Y aclara: “A la gente no le cobró nada por entrar, por eso cuesta un poco más todo, pero en algún momento se hará y vamos a reabrilo».
“Vivo en una obra de arte”, afirma. “La gente ve una cosa distinta. Mi deseo es que copien la casa”, propone.
“Mi mensaje es que dejen de pedirle casas al Estado y se la hagan ellos con distintas maneras de reciclar”, insiste.