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¡Un milagro!: un niño cayó de un caballo en pleno desfile, recibió una patada y casi terminó aplastado
Ocurrió en medio de los festejos por el aniversario de la localidad de Allen, Río Negro.
Hubo gritos y corridas en medio de los festejos por el aniversario de Allen y en cuestión de segundos - cuando nadie lo esperaba - todo pudo haber pasado de la celebración a la tragedia. Un niño cayó de un caballo en pleno desfile y casi fue aplastado por las patas del animal.
En la Avenida Eva Perón, justo frente a la plazoleta que lleva el nombre del fundador de Allen, el desfile cívico militar por el aniversario 114 de la ciudad estaba por finalizar. Miles de vecinos y vecinas se quedaron hasta el final para ver el paso de las agrupaciones gauchas, que siempre cierran el desfile con elegante andar de los jinetes en sus caballos.
Un hombre montado en un gateado pasó por el palco saludando a las autoridades y junto a él iba un niño en otro caballo, de tiro. De pronto un caballo oscuro que iba unos metros mas adelante se espantó, seguramente a causa del sonido y la multitud, y los equinos que estaban detrás comenzaron a alterarse.
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El caballo alazán en el que iba montado el niño también se espantó y el pequeño enseguida perdió la estabilidad, básicamente porque un niño no tiene la fuerza necesaria para controlar con las piernas en los estribos y las manos en las riendas, a un animal que pesa más de 350 ó 400 kilos, en una situación límite. El jinete que estaba junto al niño nada pudo hacer para evitar la caída y los segundos siguientes dejaron ante todos una imagen verdaderamente dramática y desesperante.
Mientras el caballo giraba espantado hacia la vallas de contención, el niño quedó colgando cabeza hacia abajo de uno de los estribos del recado, entre las patas del animal. En medio de ese terrible momento el niño de se desenganchó del estribo y por apenas centímetros, no fue aplastado por las patas del caballo.
El episodio ocurrió en el desfile por el aniversario de Allen.
Como pudo, el pequeño, que quedó tendido sobre el pavimento, rápidamente se reincorporó y buscó la ayuda del jinete que lo llevaba cabresteando, pero se ubicó justo detrás de las patas del caballo y otro sacudón del equino volvió a arrastrarlo. Inmediatamente hombres y mujeres saltaron las vallas para auxiliar al pequeño que, milagrosamente, sólo sufrió algunos golpes. Casi enfrente del sector en el que ocurrió el dramático hecho había una ambulancia del hospital para brindar asistencia ante una eventual emergencia.
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El caballo en los festejos, una postal que esta vez fue muy riesgosa
El hecho ocurrido el sábado en la tarde durante el desfile cívico militar de Allen, obliga a replantear de qué manera participan los montados de la celebración popular. Hay caballos que sufren los sonidos de la banda de música, de los altoparlantes, de las sirenas de bomberos y policías, que se estresan ante la enorme cantidad de personas que se vuelcan a las calles para participar del desfile.
Es cierto que los jinetes son parte de una tradición y que le dan al 25 de Mayo la revalorización de nuestras costumbres. También es cierto que el dramático episodio de ayer pudo haber terminado en una tragedia, enlutando por completo a la celebración. Es obligación de los organizadores, en este caso del municipio, evitar nuevamente una situación tan riesgosa como que se vivió en Allen.