Un padre cuestionó a docentes tras recibir quejas por el comportamiento de su hija en clases: "Dejen que los niños sean niños"

Un padre decidió alzar la voz en redes sociales tras recibir repetidas quejas de las maestras de su hija, quien asiste a una escuela primaria. La niña de 9 años fue señalada por comportamientos que, según las docentes, no eran apropiados para la institución, como correr en el patio, hablar con sus compañeros y demorarse en salir al recreo. Después de recibir la quinta nota en tan solo un mes, el hombre, identificado en Twitter como @casidolape, hizo un contundente descargo que se volvió viral y generó un debate sobre la naturaleza de la infancia y el papel de los educadores.

En su publicación, el padre cuestionó las críticas recibidas, subrayando que las actitudes de su hija son perfectamente normales para una niña de su edad. "¿Alguna conducta de estas no corresponde a una niña de 9 años? ¿Debo reflexionar yo en vez de los docentes?", escribió en el cuaderno de comunicaciones, desafiando la postura de las maestras.

Más allá de su descontento por las quejas, el padre expresó su preocupación por la falta de reconocimiento de las cualidades positivas de su hija. Según él, la niña es una excelente alumna, siempre dispuesta a ayudar a los demás, pero estas características no fueron valoradas. Además, compartió un episodio que lo afectó profundamente: su hija lloró después de ser excluida del grupo de radio de la escuela, una actividad en la que estaba entusiasmada debido a que su abuelo fue periodista y locutor por 30 años.

"Hoy le rompieron el corazón", lamentó el hombre, quien además señaló que su hija es feliz en la escuela, ama a sus compañeros y a sus profesoras. Sin embargo, dejó en claro que no quería seguir recibiendo ese tipo de notas: "Espero entiendan mi punto y ustedes también reflexionen", concluyó en su descargo.

Este incidente ha generado una discusión en redes sociales sobre el rol de las escuelas en la infancia y la importancia de permitir que los niños se comporten de acuerdo a su edad, sin reprimir sus ganas de jugar y expresarse. ¿Hasta qué punto las normas escolares deben restringir las conductas naturales de los niños? Es una pregunta que sigue resonando entre padres, docentes y la sociedad en general.