Un productor salteño dejó pudrir 280 toneladas de limones: “no hubo más remedio”
Edgardo Marcelo Tanco aseguró que el precio se fue por las nubes, no tiene compradores y el traslado y la comercialización por su cuenta le significan una gran pérdida económica.
Un productor de limones de la zona de Pichanal, Salta, debió dejar pudrir 280 toneladas –14 hectáreas– de su cosecha porque no tiene compradores ante la crisis. “Este año no los pudimos vender porque la gente no les da el precio”, aseguró Edgardo Marcelo Tanco, quien no vio otra alternativa a la crítica situación.
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El gran desafío que atraviesa el sector actualmetne se debe, en gran parte, a que este año se debieron destinar al mercado nacional los productos de exportación que no se ubicaron por el conflicto bélico en Ucrania.
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Por eso, en el negocio familiar de Tanco debieron tirar la mercadería. “Hay que descargar las plantas y no tenemos empaque para llevar nosotros la comercialización”, dijo el productor de 75 años
En el mercado nacional, agregó, hay mucho limón que no se ubicó en el exterior, algo que obligó a los productores de la zona a no levantar la producción. “La gente a la que siempre le vendía este año no pudo llevarlo porque no les da el precio. El dólar quieto no ayuda, porque bajan mucho los precios y esto hace que bajen en el mercado interno, que también está saturado”, describió.
Muchos de sus vecinos y conocidos le propusieron regalar los limones, pero no cuenta con los recursos para hacerlo: debe contratar un camión y maquinaria especializada, pero no cuenta con los recursos económicos para hacerlo.
Tanco produce 14 hectáreas de limones, 16 hectáreas de naranja y 8 hectáreas de pomelo en un lote de 70 hectáreas, donde también hacen chía orgánica y porotos. Estas últimas plantaciones, añadió, le permiten diversificar la producción y equilibrar los balances a la hora de hacer las cuentas. La pyme fue fundada por la familia en 2001 y ahora da trabajo a cuatro empleados permanentes.
“Nosotros vendemos en árbol. Mi comprador viene con sus camiones a bajar los limones y se los lleva”, narró. Según dijo, el año pasado vendió a $ 1 el kilo de limón en árbol. Esta vez es difícil establecer un margen, pero el precio ronda los 10 pesos por kilo en el campo. “Lo compran, embalan y mandan a la fábrica, pero este año no nos compraron la fruta porque hay mucha. Los grandes productores que conozco también cierran a pérdida”, afirmó.
Aunque los ingresos pueden variar por varios factores como el clima, el productor calcula en 1500 dólares las pérdidas por hectárea. “No nos entra ganancia y este año va todo a pérdida”, se lamentó.
“En este momento en la Argentina hay sobreproducción de limones, porque no se exportó y se saturó el mercado. Le está pasando a mucha gente, pero hay quienes no hablan porque les da miedo”, contó.