Una encuesta revela datos de violencia contra la mujer en Santa Fe
El relevamiento de Ni Una Menos muestra que, del total de las santafesinas que contestaron, el 99 por ciento aseguró que sufrió violencia de género.
Dos marchas multitudinarias bajo el grito de Ni Una Menos fueron el motor para imaginar qué otras acciones, públicas y potentes podían ponerse en marcha para mitigar (y algún día terminar) la violencia machista en la Argentina, un flagelo que sólo entre 2013 y lo que va de 2016 provocó la muerte de 1.133 mujeres, mientras otras miles y miles viven heridas física o verbalmente, soportando el desprecio y las agresiones de varones que las violentan por ser mujeres.
De ese movimiento, ideado por un grupo de periodistas mujeres —que caló hondo en las redes sociales y se desplegó en otros medios de comunicación, en los bares, en las calles— nació además la idea de tener en el país el primer índice de violencia machista. ¿Cómo? A partir de una encuesta online con 200 preguntas que interroga a mujeres sobre situaciones personales de violencia, en todas sus formas. El cuestionario, al que se puede acceder desde cualquier tablet, PC o teléfono móvil en www.contalaviolenciamachista.com estará disponible hasta el 3 de septiembre. Ya respondieron más de 53 mil mujeres.
“Santa Fe se ubicaba en quinto lugar detrás de la Ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense, el interior de Buenos Aires, y Córdoba, en cantidad de participantes”
Más accedió a los primeros datos parciales de las santafesinas que ingresaron a la página y contestaron las preguntas. Al 28 de julio, Santa Fe se ubicaba en quinto lugar detrás de la Ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense, el interior de Buenos Aires, y Córdoba, en cantidad de participantes.
Los números revelan el impacto de la violencia machista. De las santafesinas que completaron el cuestionario, el 99% aseguró haber sufrido violencia de género. El 72% padeció violencia obstétrica. El 55%, maltrato físico. El 41%, abuso emocional. El 26% soportó violencia económica. El 10% dijo que fue violada. Y esto, claro está, es apenas una muestra.
¿Para qué sirve este índice? ¿Cuál es la expectativa? ¿Cómo surgió? Ingrid Beck, periodista, una de las organizadoras de Ni Una Menos, explicó: “El 3 de junio, cuando se hizo la primera marcha, no fue una reacción impotente frente a los femicidios. Sirvió para explicar que el femicidio es el punto más trágico, visible e irreparable de una cadena muchas veces invisible de violencias. Lo que se generó, la enorme movilización en todo el país, despertó debates, preguntas, cuestionamientos. Nos obligó a muchas a pensar cómo se explica el machismo. Por eso volvimos a ponerle el cuerpo el 3 de junio en las plazas de toda la Argentina. Pero sin dudas no es suficiente. En marzo de este año Martín Romeo (un especialista en estadística y muestreo) hizo una encuesta en Twitter preguntando a mujeres y varones si alguna vez habían tenido miedo de ser violadas o violados. La inmensa mayoría de las mujeres respondió que sí. La inmensa mayoría de los varones, que no. Lo mismo se espantó con las respuestas. Y si bien el resultado es muy sesgado (por la red, porque contestaron personas de su timeline) le hablaba de algo que muchas de nosotras dábamos por descontado: todas tuvimos miedo alguna vez de ser violadas”.
Fue el disparador para seguir aunando esfuerzos desde #NiUnaMenos, y lograr, desde el 3 de junio pasado, que se ponga en marcha el Primer Índice Nacional de Violencia Machista en el contexto de una campaña que lleva por nombre: “Argentina cuenta la violencia machista”.
“Lo que hicimos fue trabajar en colaboración con especialistas de diferentes disciplinas. Armamos un cuestionario que incluye preguntas sobre las distintas violencias (social, física, psicológica, obstétrica, simbólica, económica, sexual, reproductiva, familiar). La pretensión es que sea respondido por la mayor cantidad posible de mujeres de todas las edades, niveles socioeconómicos y educativos, regiones, provincias y lugares de residencia”, detalló Beck.
www.contalaviolenciamachista.com. Es anónimo, se responde con el formato de multiple choice y se puede responder por etapas. Hasta ahora ya participaron más de 53 mil mujeres. Cuantas más respondan, más representativo será el índice, enfatizó la organizadora.
Cómo participar
Responder la encuesta es otra manera de comprometerse, sensibilizarse, colaborar y también denunciar y reclamar al Estado más y mejores políticas y acciones para detener la violencia machista. Ingresando a la página web es necesario disponer de unos quince minutos, pero puede responderse en etapas. El tiempo que lleva es —de todos modos— muy variable. Una vez iniciado el camino de clicks que permiten contestar, es imposible no detenerse a reflexionar y, por qué no, buscar ayuda en los lugares destinados a este fin en tu zona de residencia, si es necesario. Sin dudas esto también es parte de esta propuesta, de manera indirecta. Reconocer primero para después actuar en consecuencia.
No son pocas las mujeres que ingresaron a la página, que contestaron las preguntas y que admiten que jamás habían pensando, por ejemplo, en algunas de las sutilezas de la violencia machista, tan peligrosas como las más estridentes. “¿Alguna vez te dijeron en privado y fuera de contexto una grosería (por ejemplo: cómo será la estación si esas son las vías)”; “¿Alguna vez un conocido tuyo (compañero de trabajo, vecino, familiar) te tocó o apoyó alguna de sus partes de tu cuerpo sin tu consentimiento?”; “¿Alguna vez te descalificaron en privado por alguna acción u opinión tuya diciendo “y qué se puede esperar, si sos mujer”? (Por ejemplo: al realizar una maniobra conduciendo un automóvil)?”; “¿Alguna vez te sentiste culpable de ser mujer?”; “¿Alguna vez tuviste miedo de ser el blanco de murmullos por parte de hombres?”; son algunas de las preguntas. Las opciones de respuesta, en su mayoría son: Nunca; una sola vez, entre dos y cinco veces; no sabe/no contesta.
El fin de este ejercicio (práctico pero también de toma de conciencia) es solamente estadístico y la encuesta es anónima.
Una vez finalizado el trabajo decampo, previsto para el 3 de septiembre, se inicia el procesamiento de la información. “En esta etapa, lo más importante es ajustar la muestra a los parámetros censales. Para que se entienda: esta es una muestra casual donde las mujeres responden sin forma de que nosotros podamos controlar las proporciones de edades, lugares de residencia, niveles educativos y demás. Las muestras obtenidas de esta forma se encuentran desequilibradas respecto a la forma en que esas mismas variables se distribuyen en la población real”, explicaron las organizadoras.
A modo de ejemplo: si en la población argentina el 10% reside en la Ciudad de Buenos Aires, podría esperarse que el 10% de las encuestadas resida justamente allí. Sin embargo,en la práctica nunca sucede que las variables se ordenen o se acomoden por sí solas y ahí es cuando aparece la tarea del analista de datos, que tiene la responsabilidad de ponderar y corregir esas desviaciones para que la muestra sea una representación en escala pequeña de la población real, agregaron.
Está previsto que los resultados estén listos el 25 de noviembre y, como serán de acceso público, se está trabajando en una plataforma de visualización que permita consultar de manera rápida y sencilla cualquier inquietud y pregunta que se haga cualquier persona interesada en conocer los resultados. También se va a desarrollar un foro. Será posible también ingresar para encontrar datos por provincia.
Ana Correa, otra de las impulsoras de #NiUnaMenos, dijo a Más que la Argentina es uno de los Estados parte de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer. Allí se enumeran las obligaciones de los Estados que son parte. Entre ellas, “garantizar la investigación y recopilación de estadísticas y demás información pertinente sobre las causas, consecuencias y frecuencia de la violencia contra la mujer, con el fin de evaluar la eficacia de las medidas para prevenir, sancionar y eliminar la violencia contra la mujer y de formular y aplicar los cambios que sean necesarios”.
Por eso, señaló Correa, esta recopilación estadística “es otra deuda de Argentina en cuanto a la prevención y erradicación de la violencia contra la mujer. Pero está claro que este índice no reemplaza el deber del Estado. Sí ayuda a cubrir un déficit: tener un mapeo de las situaciones de violencia, para seguir apuntando a que el tema esté en agenda, para que los gobiernos, la Justicia, el Poder Legislativo y la sociedad en su conjunto puedan tomar conciencia de la situación en la que estamos, y de todo lo que falta trabajar en este tema”.
Respecto a los resultados parciales de la encuesta, los organizadores precisaron que “lo ideal es finalizar el trabajo de campo porque eso nos va a permitir equilibrar el peso poblacional según las respuestas de cada jurisdicción”. También que los datos pueden sufrir modificaciones de acuerdo con la ponderación de las respuestas y según evolucione el nivel de respuesta de las provincias hasta el 3 de septiembre, fecha límite.
El adelanto no hace más que confirmar lo que ya sabemos pero no todos quieren aceptar: que casi todas las mujeres sufrieron uno o más episodios de violencia social, por ser mujeres.
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