Los agresores están identificados
Una patota atacó brutamente a un adolescente de 13 años en Córdoba y lo dejaron en coma
Los padres de la víctima contaron que le provocaron "hundimiento de cráneo". Lázaro quedó internado en el Hospital de Niños y los médicos dijeron que el "daño cerebral es irreversible".
Un chico de 13 años quedó internado en coma luego de ser atacado por una patota de 16 adolescentes en el barrio Alto Alberdi, en la capital de Córdoba.
Todo comenzó alrededor de las 21.30 del domingo en la plaza Jerónimo del Barco, cerca de la esquina de avenida Colón y Garzón Maceda, donde Lázaro, la víctima, fue emboscado por más de una docena de jóvenes que lo golpearon con brutalidad.
Según contaron sus padres, lo acompañaban dos amigos: uno también fue agredido físicamente, mientras que el otro logró escapar. Sin embargo, la peor parte fue para Lázaro, que permanece en coma en el Hospital de Niños.
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"Lo golpearon hasta provocarle hundimiento de cráneo y lo dejaron en coma. Está grave, luchando por su vida. Uno le pegó con un ladrillo en la cabeza y se lo dejó marcado", relató Mariela Cardozo, su madre.
Respecto del ataque y cómo reaccionó su hijo, explicó: "No te puedo decir si peleó o no, pero supongo que había querido defenderse y uno de los chicos viene y le pega con un ladrillo en la cabeza”.
En tanto, dijo que no se le ocurre por qué la patota de adolescentes golpeó de esa manera a su hijo: "No había porqué. Quisiera preguntárselo a él, pero lamentablemente no me lo puedo decir”.
Por su parte, Fabián Rivarola, su padre, lamentó: "Lo que hicieron no tiene nombre. No solo le pegaron el ladrillazo, sino que también le pegaron una patada en la cabeza".
También sostuvo que "todos los agresores están identificados, así que tarde o temprano van a caer". Lograron individualizarlos gracias a las cámaras de seguridad de la plaza y de los comercios de la zona. No obstante, hasta el momento no hay ningún detenido.
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Además, advirtió que el pronóstico de los médicos no es para nada alentador: "En el último parte dijeron que el daño cerebral es irreversible. Hay un alto riesgo de que pierda la vida, aunque me aseguraron que van a hacer todo lo que esté a su alcance para que eso no pase".
“Nos dijeron hoy al mediodía, siguieron hablando los médicos, pero yo quedé en otro mundo. Hoy en día no sé si estoy vivo o si estoy muerto”, agregó.
En este contexto, varios seres queridos de Lázaro se congregaron en las afueras del Hospital de Niños para rezar y pedir que ocurra un milagro. "La esperanza están en todos los que los queremos, en todos los que vinieron a hacer el aguante", dijo su madre.