UNICEF pide U$S 2.000 millones para ayudar a cientos de miles de niños afganos
Se trata de la mayor petición de fondos para un solo país realizada por Unicef. Busca tratar a un millón de niños con desnutrición aguda y asegurar el acceso a la educación de 7,5 millones de escolares.
Unicef reclamó este martes 2.000 millones de dólares a los donantes para responder a la grave crisis humanitaria a la que se enfrenta Afganistán y tratar a un millón de niños con desnutrición aguda, así como asegurar el acceso a la educación de 7,5 millones de escolares.
Según la representante de Unicef, Alice Akunga, dijo que la mitad de todos los menores de cinco años de Afganistán estarán gravemente desnutridos en 2022 debido a la crisis alimentaria y al colapso de la estructura sanitaria y la situación ha empeorado desde que los talibanes se hicieron con el poder el pasado 15 de agosto.
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El organismo de la ONU señaló que en 2021 se reportaron más de 60.000 casos de sarampión y 10 millones de niños podrían abandonar sus estudios.
Se trata de la mayor petición de fondos para un solo país realizada por Unicef, un dinero necesario para “evitar el colapso de la salud, la nutrición (…) y otros servicios sociales vitales para los niños y las familias”.
Unicef planea tratar a un millón de niños
Unicef planea tratar a un millón de niños con malnutrición aguda y vacunar a 10,5 millones de menores contra el sarampión, así como asegurar el acceso de 7,5 millones de escolares a la educación.
“Tenemos que recordar nuestra humanidad compartida y hacer todo lo posible para mantener a los niños en vida, bien alimentados, seguros y aprendiendo”, dijo Akunga.
La petición de Unicef se une al reciente llamamiento del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA), que reclamó de manera urgente el pasado jueves 2.600 millones de dólares para Afganistán.
El país asiático está sumergido en una grave crisis económica y humanitaria que comenzó a escalar a niveles sin precedentes tras la llegada de los talibanes al poder el pasado 15 de agosto, producto de las sanciones económicas internacionales y de Estados Unidos para impedir el acceso de los líderes islamistas.
Esto secó de inmediato las arcas del país y los fondos destinados a mantener funcionando el sistema sanitario y la distribución de ayuda humanitaria a este país devastado por décadas de conflicto.