Liga Profesional
Unión empató 2 a 2 con Central Córdoba
Otra polémica lo sacó a Unión de la zona de clasificación con un final tan injusto como inmerecido para un equipo que debió ganar sin sufrir y terminó estafado ante su propia gente en Santa Fe.
Lo perdía de manera increíble, empató con un misil de cabeza de Orsini y pasó a ganar con un robo de Luna Diale. Nazareno Arasa decidió adicionar seis minutos pero el "Ferroviario" lo empató a los 52 y pico, con el tiempo ya vencido.
No hay caso. Viene de mal en peor Unión con el tema de los arbitrajes, para colmo en un tramo que ahora sí es decisivo, porque falta poco y están todos apretados. Un punto vale oro en serio; ni hablar si te sacan dos. Debió ganarle tranquilo Unión a Central Córdoba, porque estando 2-1 arriba, mientras Campisi miraba sin sobresaltos, los delanteros de recambio (Dómina, Morales) se cansaban de despilfarrar contragolpes para cerrar la cuenta en Santa Fe.
Hasta que Nazareno Arasa decidió adicionar seis minutos, cuando en realidad el Tate nunca hizo tiempo porque siempre se dio cuenta que lo podía ganar sin necesidad de especular porque no pasaba nada con la visita. El partido debió morir de muerte natural a los 51; sin embargo cuando llegó el 2-2 de los santiagueños, el cartelito de la TV marcaba "52 y pico". Así, con otra polémica arbitral (venían de condenarlo con un penal dudoso en Florencio Varela), Unión pasó del sueño a la pesadilla. De estar cuarto y clasificado, con los mismos puntos que el tercero, a quedar séptimo y lejos.
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La previa marcaba algunas rarezas desde los números, más allá de las urgencias de cada uno: Unión pensando en ganar para meterse en el Súper 4 de su zona para soñar con los cruces por la Copa de la Liga; los santiagueños con la idea de volver a sumar para escaparle de a poco al descenso. El Tate, a pesar del tremendo empuje de su gente en Santa Fe, había sumado más afuera (8) que en casa (7). Del otro lado, el "Ferroviario", con dos buenas señales como la victoria contra Lanús y la reacción ante Belgrano, gambeteando la sequía, ya que en 8 de 12 partidos no hizo goles.
Se podrá decir que lo mejor de ese primer tiempo para el equipo del "Kily" fue asimilar el golpe del inesperado y aislado gol visitante, empatar y luego dar vuelta el resultado para irse 2-1 al vestuario. Pero, en realidad, lo mejor del Tate fue su actitud, superioridad y ese buscar siempre el arco de enfrente. Es más, de no ser por ese desacople (primero, se quedaron todos pidiendo foul; después, quedó enganchado Pardo habilitando al Monzón), que lo dejó clavado al piso a Campisi, lo tendría que haber ganado sin despeinarse.
El mejor jugador fue, por robo, Federico Vera, generador de foules, iniciador de centros rosca envenenada e imparable en el uno contra uno. De una infracción a Vera, llegó la pelota quieta para la pegada perfecta de Luna Diale y el cabezazo asesino de Orsini.
El segundo grito de esa etapa inicial, el de Mauro Luna Diale fue todo un premio para Unión y su ADN. No sólo porque puso justicia (de los dos sólo el Tate intentó jugar) con el 2-1 sino porque más allá del grosero error visitante en la salida, ese pressing alto que tanto pide el "Kily" forzó un error que el mismo ex Boca usó para volver a gritar en Santa Fe, fusilando a la carrera al indefenso arquero de Central Córdoba y haciendo estallar las gargantas en López y Planes.
Cuando arrancó el complemento, además de bronca, Abel Balbo juntó variantes y una estaba "cantada": lo sacó a Laquidain, que se había comido un baile bárbaro en el pie a pie contra Fede Vera por la banda. El otro retoque, buscando más profundidad en ofensiva, fue el ingreso de Thiago Nuss en lugar de Rodrigo Atencio.
En el inicio del complemento, a pesar de las necesidades visitantes (perdía 1-2), casi nada cambió. Siguió imparable Vera y siguió siendo mejor Unión, que buscaba liquidar. Se lo perdió Luna Diale de cabeza y el VAR anuló un claro penal (lo había cobrado Arasa) por posición prohibida de Balboa en el inicio d de la jugada. Unión, en el trámite, no pasaba apuros y era más que ese apretado 2-1 de la chapa del resultado.
Cansado, Bruno Pittón dejó su lugar para el chico Fascendini. En un ratito, el Tate ligó dos amarillas (Mauro Pittón y Tanda) y una roja (la del "Kily" González como entrenador). En ese revoleo de tarjetas, Unión se enredó solo y se bloqueó. A los 25 minutos, cuando faltaba mucho para el final, Domina fue al campo y un ahogado Nicolás Orsini al banco.
A los 28, Balboa inventó una contra perfecta, limpió defensores en modo puntero derecho, levantó la cabeza, sacó un centro perfecto y el recién ingresado Dómina se lo comió casi abajo del arco (la golpeó a la pelota, pero se le fue arriba).
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Pasadita la media hora, todos los aplausos en el tridente de cambios en el Tate fueron para Fede Vera, reemplazado por Gerometta. Al mismo tiempo, el "Toro" Morales por Balboa y Paz por Pardo. Ya era otro Unión el del final, había cambiado los dos laterales, los dos "9" y a uno de los zagueros. No la pasaba mal, pero tampoco lo podía liquidar para desatar el festejo total y anticipado en Santa Fe. Luna Diale, la otra figura al nivel de Fede Vera, anticipó, robó, armó una contra, pero entre Dómina y Morales se pusieron en off-side en lugar de gritar el tercero de la noche.
Los seis de adición le pusieron suspenso a la noche de Santa Fe, mientras los delanteros juveniles no encontraban el pase a gol, con los defensores santiagueños regalados. Sin embargo, quedó una bola extra, con el tiempo ya pasado y Central Córdoba encontró un regalo más grande que el estadio 15 de Abril entero.
El final, previsible, fue con todos los jugadores de Unión y lo que quedaba del cuerpo técnico casi encima del árbitro. El "Kily", antes expulsado, se quedó como enjaulado sin entender nada. Otra polémica, una más en el fútbol argentino, lo sacó a Unión de la zona de clasificación con un final tan injusto como inmerecido para un equipo que debió ganar sin sufrir y terminó estafado ante su propia gente en Santa Fe.