Copa Sudamericano
Unión perdió ante Palestino y se fue silbado de Chile
El Tate cometió errores inconcebibles en defensa, no tuvo capacidad para aprovechar lo que generó en el segundo tiempo y regaló el partido. Marabel fue la figura del partido y Cardozo, el arquero de Unión, lo único para rescatar de una flojísima actuación.
Silbidos, insultos, desazón, enojo de la gente. Así se fue Unión del estadio Nacional. Dio todo tipo de ventajas. Se equivocó groseramente en defensa, no tuvo fútbol, generó muy poco y le terminó ganando Palestino, que tiene como figura a un jugador que en Unión no rindió: Junior Marabel.
Unión se olvidó de todo lo bueno que hizo con Cruzeiro y con Central Córdoba, al menos en el primer tiempo. Fue pobre lo que hizo con la pelota y no se pudo adaptar nunca a una cancha rápida, mojada, situación que le quitó precisión. Pero lo peor fue el trabajo defensivo. Hubo un solo jugador (Marabel), que se encargó de complicar a todos en defensa. Y el único que supo responder fue Thiago Cardozo, que le tapó dos mano a mano a Marabel que tranquilamente le pudieron dar una ventaja mayor a Palestino.
Ese cúmulo de desaciertos, arrancó en la jugada del penal. Poco creíble, casi inconcebible lo de Gerometta tomando del cuerpo a un rival. El árbitro pareció no verlo al principio, pero enseguida (¿se lo habrán tirado desde afuera por el intercomunicador?), cambió de decisión y terminó cobrando la pena máxima que Carrasco se encargó de convertir en gol.
Puede interesarte
Palestino se aprovechó de los errores defensivos de Unión y también aprovechó la falta de fútbol y de sorpresa de la visita. Poquito de Ham, lento Fragapane en las decisiones, poco desborde por afuera y sin peso arriba. Imprecisiones en el manejo de la pelota, poca profundidad, errores individuales groseros y una labor defensiva que solamente se asentó en el buen trabajo de Cardozo, la figura de Unión.
Se veía venir la cirugía mayor del Kily. Afuera Gerometta, afuera Paz y afuera Fragapane, de insulsa actuación. Vargas, Verde y Gamba adentro. Línea de cuatro, tres delanteros con la obligación, tanto de Domina como de Gamba, de ayudar un poco a los volantes y la necesidad de ir a buscar un poco más el partido.
De entrada la tuvo Verde y tapó Pérez, pero enseguida llegó otra de Marabel (la tercera) y nuevamente apareció la figura de Cardozo para taparle el mano a mano y otra vez impidiéndole que concrete aquella famosa “ley del ex”.
Faltando menos de 20 minutos, con un Unión que empezaba a empujar sobre el área de Pérez, llegó una jugada en la que Ham hizo un gesto de codazo que el árbitro observó y, como estaba amonestado, le mostró la segunda amarilla y lo dejó a Unión con 10. Previamente, hubo un par de jugadas protagonizadas por jugadores de Palestino que merecieron tarjetas amarillas y el árbitro no castigó.
Con uno menos, el Kily igualmente intentó con los ingresos de Martínez y Diego Díaz por Profini y Domina. El equipo quedó desguarnecido, no sólo por tener uno menos, sino porque el único de marca en el medio fue Mauricio Martínez, pero no quedaba otra que arriesgar “rompiendo” el partido, aún a expensas de quedar expuesto en defensa.
Los intentos de Unión se redujeron prácticamente a centros que llenaron de chichones la cabeza de los defensores de Palestino. Había empuje, casi nada de claridad, pero al menos quedaba esa sensación de que, con uno menos, Unión se decidía a vender cara la derrota. Sin creatividad, sin claridad, pero con vergüenza.
Puede interesarte
¿Alcanzaba?, no. Unión adoleció de aquellos atributos que le dieron mejoría al equipo en los últimos dos partidos. Fue un paso atrás, un retroceso. Errores defensivos imperdonables, el arquero Cardozo como única figura para rescatar, imprecisiones con la pelota y ausencia de juego. Terminó jugando a los pelotazos y eso terminó por favorecer los planes de un Palestino que terminó facturando una victoria que construyó en base al aprovechamiento de las facilidades que le dio el rival.
Diego Armando Díaz tuvo la chance del empate. Se anticipó al arquero, lo dejó en el camino, la pelota se le abrió demasiado, perdió de vista el arco y remató igualmente de zurda, pero se le fue afuera la pelota. Fue la chance del chaqueño y una de las pocas claras que supo crear Unión en un partido que le fue esquivo de principio a fin, por virtudes ajenas pero más por defectos propios.
Fue un retroceso de Unión. Los dos pasos hacia adelante que dio con Cruzeiro y con los santiagueños, terminaron siendo un bálsamo inconsistente que no se pudo sostener en el tiempo. Y si algo le faltaba al partido de Unión, era que volviera a equivocarse groseramente en defensa. Era la última jugada, sacó Cardozo para Pardo, lo encimó Marabel, le sacó la pelota y definió a un costado. Fue la única que le ganó en el duelo con Cardozo, pero el premio para la figura del partido.
Dicen que no hay peor cuña que la del mismo palo. Se dio la ley del ex, pero lo peor es que Unión volvió a fojas cero. Se llenó de dudas otra vez. Y la gente se fue mal, despidiendo con silbidos al equipo por lo que fue un paso grande en falso que lo hace retroceder nuevamente. Y lo vuelve a preocupar.