Vino en caja: tiene poco glamour, pero lo elige el 37 % de los consumidores
Criticado por los bebedores exquisitos, sigue gozando de una gran popularidad, especialmente en el interior del país. Cómo se elabora y se toma el “tetra” argentino.
Con menos glamour y poco marketing, el vino en caja o “tetra” sigue gozando de una gran popularidad y le gana al vino en botella en varias provincias. El tetra representa el 37 % del vino vendido en Argentina en 2020. Su consumidor es fan: lo lleva tatuado, lo elige de adorno para la torta de cumpleaños y lo pega como un sticker en el auto.
Vino en cartón, tetra o en cajita, así lo piden. En la industria vitivinícola lo caratularon como vino de mesa. Compite más con cervezas y otras bebidas que con los vinos en botellas de vidrio. Cuesta entre $ 65 y $ 95 el litro.
“La mayoría cree que no es vino (con el proceso de fermentación natural), sino una bebida con sabor a uva”, observa Gustavo López Viñals, gerente de Negocios de Vinos Masivos de Fecovita, empresa productora de marcas como Toro, Resero, Arizu, Sumuo y otras.
Pero sí es vino: cumple la reglamentación de la ley y es fiscalizado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Tiene mismo proceso de elaboración que los vinos de alta calidad enológica. Difiere en el tipo de uva, el terruño y el proceso de guarda. Hasta principios del 2000, por el tipo de uva fue clasificado como vino de mesa, diferenciado del vino fino o selección, como se lo llamaba a los productos premium. Luego, el vino fue descripto por color (tinto, blanco o rosado) y varietal (hasta el 85% de una uva específica).
El vino que va al cartón es de la cosecha del año en curso, sin guarda, mezcla de uvas criollas y varietales (syrah, tempranillo o bonarda).
El grado alcohólico del tetra puede ser menor que vinos de alto precio (entre 12,5 y 13 %), porque el consumidor del producto en caja pide vinos menos alcohólicos. La producción masiva viene de Mendoza, San Juan, La Rioja y Catamarca. El principal canal de venta es el almacén y el autoservicio.
Según los datos del INV, de enero a noviembre de 2020, el tetra significó cerca del 37% de lo que ha ido consumo. Representa 313 millones de litros de vino despachado al mercado nacional. A diferencia del vino embotellado que creció casi el 7 % en el 2020 por mayor consumo domiciliario durante la pandemia, el tetra tuvo una caída leve del 3 %, en comparación con 2019.
Cómo se elabora el vino en caja en Argentina
Hay tres compañías líderes dedicadas al vino en caja: Fecovita (Toro, Resero, Arizu y Sumuo, entre otras); Baggio (Uvita, Talacasto y Cavit); y Peñaflor (Termidor).
La primera marca fue Termidor, a principio de los 80. Fue creado para introducir el nuevo formato de tetra brik en la comercialización del vino y acompañar las nuevas tendencias de consumo.
La bodega y planta de fraccionamiento se ubican en el municipio de San Martín, en provincia de San Juan. Termidor despacha entre 4 y 6 millones de litros por mes. “Hemos presentado un nuevo envase con tapa rosca y lanzamos la línea Termidor Intenso, producto con el cual logramos ampliar nuestro portfolio”, contó Sebastián Butler, gerente de Marketing de Termidor.
Su competidor, Toro, asegura concentrar cerca del 50 % del mercado del tetra. La planta industrial de Toro, de la cooperativa Fecovita, produce 13 millones de litros mensuales. Está en el municipio de San Martín, a 45 kilómetros de la ciudad de Mendoza. La inversión fue de 40 millones de dólares en noviembre de 2018.
El vino tinto, blanco o rosado llega en cañerías de acero inoxidable desde la bodega a la planta de envasado. Se llena la caja de un litro y viaja sobre una cinta hasta el empaquetado en grupos de 12. Es un proceso similar al del envasado de leche, con idéntico cartón producido por la multinacional Tetra Pak. La capacidad de envasado de la planta es de 38 mil litros de vino por hora.
“Es un vino de mucho consumo en hogares. Un consumidor fiel, de todos los niveles sociales, que sabe que encuentra calidad a buen precio”, dice el gerente López Viñals. Y destaca que Toro es la marca más vendida en Argentina y la segunda en el mundo, lo que representa 180 millones de unidades por año.
Quiénes consumen vino en caja en Argentina
Contra el prejuicio de que solo es consumido por los niveles socioeconómicos más bajos, las estadísticas indican que el vino en caja se consume en todos los segmentos de la población.
Un estudio de la consultora Kantar muestra cómo el vino en caja es comprado por clientes de distintos ingresos: “En el nivel bajo inferior, representa el 59 % del vino consumido; en el bajo superior, 40 %; en medio bajo, 31%; y alto medio, 10 %”, según la muestra.
El vino tetra blanco es el favorito para cocinar. Pero a nivel nacional, el 65 % del vino en cartón es tinto y el 35 %, blanco. En los sondeos de opinión surge que es un vino que “está bueno” y a un “precio justo”. Pero, además, los compradores destacan que rinde más porque se consume mezclado. “Hoy es más económico que una cerveza de litro”, apuntan.
En el mundo, representa 7 y 8% del consumo total de vinos. Los países donde más se vende tetra son: Argentina, Francia, Italia, España, Chile y Rusia. En toda Latinoamérica, excepto en Brasil, se encuentra vino argentino en caja.
La evolución del vino en caja, de los años 80 hasta hoy
El envase de cartón comienza a utilizarse en la década de los 80. Ha seguido crecido en el mercado, a contramarcha de la damajuana. Los datos del Observatorio Vitivinícola muestran: En 1990, de los 1.711 millones de litros despachados al mercado interno, el 77% correspondía a damajuana, un 16% a botella y solo un 7% vino en cartón.
En el año 2000, el vino en cartón gana protagonismo desplazando a la damajuana con un 58 % de participación sobre un total de 1.250 millones de litros despachados ese año. La botella comienza también a crecer con el 27 % de los que se produce y la damajuana cae al 15 %.
El último dato cerrado a 2019, muestra que la evolución de la botella continuó en aumento hasta llegar al 56 % del total (890 millones de litros despachados al mercado interno en el año 2019) y ganó espacio al vino en cartón que se retrajo al 40 % de participación. La damajuana apenas aparece con un 4 % de participación en 2019.
El informe del Observatorio Vitivinícola aclara que en la composición botella, hay dos productos diferenciados: “En 2019, creció el botellón de 1.250 cm3, con una participación del 16%; mientras la botella de 750 cm3 representó un 40%”. La botella estándar que se consume en hogares está al mismo nivel de producción que el vino en cartón.
El vino de la bailanta que se tatúan los fanáticos
Es el trago de las bailantas. Lo llaman “vino arremangado”, porque se abre el envase de cartón, se dobla y se mezcla con una bebida dulce.
El consumidor del tetra lo mezcla con gaseosas de limón, naranja, hielo y soda. En Córdoba es famoso como el “prittiado”, con el agregado de la Pritty limón. Los posteos en las redes dan cuenta de la pasión que genera el envase: tutoriales de cómo hacer vino arremangado, cumpleaños con el tetra como trago principal y muchos brindis chocando caja con caja.
El lugar donde menos se consume es en CABA, con un 25 % de consumo de vino en cartón y el resto en botella o damajuana. En provincia de Buenos Aires alcanza el 35 %; y el mayor consumo aparece en la región del centro noa (Córdoba 55 %) y las provincias del norte (Salta 65 %). En la Mesopotamia el tetra puede llegar al 60 %, y en el Litoral es el 45 % del vino vendido.
“Estamos convencidos de que el consumidor de Termidor encuentra en nuestros productos la más alta calidad de vino de mesa. Es por eso que, desde sus inicios nuestra marca ha sabido ganarse un lugar en la mesa de los argentinos”, destaca Butler.
También López Viñals, de Toro, elogia la calidad del producto: “El vino Crespi, el que hizo famoso Hugo Arana con sus escarpines, seguro era peor que el que entregamos hoy en caja”, dice. Y vuelve a la imagen del empleado que disfruta beber un vaso de vino al llegar a casa: “hacemos el vino del laburante”.