Ya se hicieron 21 tratamientos con plasma a pacientes con Covid-19
Es en toda la provincia. Si bien aún es una prueba experimental, los resultados de pacientes con Covid tratados con plasma extraído de otros que se recuperaron son alentadores. Paso a paso, cuál es el camino desde la selección de donantes y la extracción hasta la transfusión.
Desde que la provincia de Santa Fe adhirió al ensayo nacional lanzado por el Ministerio de Salud de la Nación (Resolución 783-2020) para utilizar plasma de pacientes con Covid-19 recuperados tratar a otros que cursan esa enfermedad producida por el virus Sars-Cov-2 (coronavirus), hasta la fecha ya se realizaron 21 tratamientos en todo el territorio provincial, según informó a El Litoral el Centro Único de Donación, Ablación e Implante de Órganos (Cudaio).
Si bien aún no está probada al ciento por ciento la efectividad de este tratamiento -la experiencia sigue siendo una prueba nacional- hay grandes esperanzas. Y las hay porque existen donantes voluntarios, y porque el Cudaio ha tomado este tema como una activa política de Estado, en el medio de una pandemia donde no hay aún no hay vacunas antivirales contra el coronavirus.
El camino del plasma sanguíneo no es sencillo: demanda pruebas e instancias de evaluación exhaustivas. Incluso no todos los pacientes con Covid-19 pueden ser tratados con plasma. “Y además, es un recurso muy limitado”, le dijo a El Litoral el Dr. Armando Mario Perichón, director del Centro y uno de los profesionales que está al frente de esta “cruzada” para salvar vidas.
La selección
Al corte semanal del viernes 31 de julio había 220 personas inscriptas para donar plasma voluntariamente. Pero de éstas, 95 pasaron la primera selección. “Desde los centros de hemoterapia del Cudaio, los profesionales se contactan con cada individuo inscripto para recabar, primero, su historia clínica respecto de cómo cursó sintomatológicamente el cuadro clínico del Covid-19, desde que empezó hasta que terminó (cuándo fue contagiado, si el alta recibida es clínica o con PCR negativa, etcétera)”, agregó el médico.
Y la segunda pregunta que se les hace a los donantes voluntarios es si tienen comorbilidades. Hay pacientes en los que, por distintas razones, “está contraindicado que donen plasma”. Perichón pone algunos ejemplos: aquellos que tienen cáncer, enfermedades inmunológicas o infecciosas, los que fueron transplantados, etcétera. Estas personas son descartadas como posibles donantes, porque sus comorbilidades impiden la donación de plasma.
Luego viene un segundo “filtro”: a esos 95 voluntarios que pasaron la primera evaluación, se les deberá sacar sangre y hacer un panel de análisis clínicos convencionales: hemograma, eritro (velocidad de sedimentación globular), entre otros. A su vez, cada suero que se obtenga de ese paciente será enviado al Centro de Hemoterapia de Rosario. Allí se estudia todo lo relacionado con el perfil virológico para transfusiones de sangre. Todos tienen que dar negativo.
En el Centro de Hemoterapia rosarino se debe detectar luego -en cada suero- la presencia o no de anticuerpos anti Covid. “En este paso nos puede ocurrir que en la rutina de laboratorio ese suero tiene algún problema y es descartado, o que no tenga anticuerpos o que tenga bajos niveles de anticuerpos anti Covid. También son descartados. Luego de todo ese proceso, los sueros que quedan para ser transfundidos son los pasaron el rigor de las selecciones clínicas, de laboratorio y que tienen efectivamente anticuerpos”, expresó.
En las máquinas
Hay tres máquinas de aféresis automatizadas en la provincia para poder obtener plasma. Una en el Hospital Iturraspe de la ciudad capital, para todo el centro-norte, y otros dos en los Hospitales Clemente Álvarez (Rosario) y Eva Perón (Granadero Baigorria), para todo el centro-sur. La extracción de plasma por aféresis dura entre 40 minutos y 1 hora y media: es decir, ése es el tiempo en que el donante seleccionado está “conectado” a la máquina automatizada para que se le sea extraído el plasma de su sangre.
En uno de los brazos y a través de una tubuladura, se le saca la sangre; ésta pasa por la máquina, la cual separa los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas, por un lado, y el plasma por el otro. Al plasma, la máquina lo envasa en forma estéril en los “sachets” parecidos a los de sangre. “Pero esos glóbulos rojos, blancos y las plaquetas, por otra tubuladura que va en el otro brazo del donante, se los vuelven a infundir al paciente. De esta manera, al donante no se le está sacando lo más importante de su sangre, glóbulos y plaquetas”, precisó Perichón.
Hay unas 50 dosis refrigeradas y disponibles en el Cudaio. Y se entregaron 25 para los efectores provinciales. Ocurre que cada dosis de plasma es de 200 mililitros. Y cada paciente puede recibir una o dos dosis, dependiendo de la gravedad de su cuadro. “Puede ocurrir que en un paciente se utilizan dos dosis; a otra, una. Se pueden hacer sólo dos dosis (la segunda a las 48 horas) y no se puede repetir”, expresó Perichón.
Con todo esto, “tenemos 18 tratamientos (al viernes pasado) más los últimos tres que ocurrieron el fin de semana pasado. Entonces, son 21 tratamientos los realizados desde que comenzó la prueba nacional y Santa Fe se sumó”. Respecto de cómo respondieron los pacientes con la enfermedad Covid-19 en curso que fueron tratados con plasma, uno falleció y todos los demás han tenido respuestas favorables, cerró el director del Cudaio.
Cuál es el “momento justo” para aplicarlo
“El Cudaio está encargado de conseguir los donantes, de hacer todos los estudios y saber si el plasma de éstos tiene anticuerpos anti Covid; refrigerar el plasma obtenido, tenerlo en estricto resguardo y entregarlo de acuerdo a qué efector lo pide, y luego recuperar los datos del paciente tratado para ver si el tratamiento sirvió o no sirvió, algo que sabremos a ciencia cierta en los próximos meses. Es un ensayo nacional”, puntualiza Perichón.
Y consultado sobre qué se sabe a la fecha respecto de la efectividad del tratamiento, consideró: “Hay dos cosas a tener en cuenta: una, que sea segura la aplicación de plasma, lo cual está demostrado; dos, demostrar la eficacia. Y hasta ahora, respecto de esa eficacia (aunque es muy pronto saberlo), puedo decir que hay una coincidencia en los grupos científicos en que existe un ‘momento justo’ para la aplicación del plasma”, explica el especialista.
¿Qué quiere decir esto? “Ese momento justo tiene relación con una serie de datos clínicos y de laboratorio del paciente, que determinan que en ese momento sea el momento ideal para aplicar el tratamiento esperando buenos resultados. Si tengo un paciente con determinados marcadores biológicos, entre varios otros factores, a ese paciente se les aplica el plasma en ese momento. Y lo que se ve es que éstos son los que mejor responden al tratamiento”.
Siguiendo este criterio del “momento ideal”, por ejemplo, los pacientes en cuidados intensivos con respirador, y siempre respondiendo a cada cuadro clínico, “no son pasibles del tratamiento con plasma, porque no está demostrado que este tratamiento produzca una mejoría. Pero, además, el plasma es un recurso limitado, el cual debemos administrar extremadamente bien. No todos los pacientes Covid positivo puede recibir plasma: deben ser seleccionados de acuerdo a los parámetros clínicos y de laboratorio”, expresó Perichón.