Bolsonaristas protestan en tres estados y cortan rutas en Santa Catarina
Según la Policía Federal Caminera, tres bloqueos apenas para camiones existían en el interior de Santa Catarina, en rutas provinciales.
Camioneros ultraderechistas que piden el cierre del Supremo Tribunal Federal (STF, Corte Suprema) mantienen bloqueadas tres rutas en el estado sureño de Santa Catarina, fronterizo con la provincia de Misiones, pese a que el presidente Jair Bolsonaro reculó en sus amenazas contra la alta Corte que lo investiga y suspendió el movimiento insurreccional que había lanzado el 7 de setiembre.
Según la Policía Federal Caminera, tres bloqueos apenas para camiones existían en el interior de Santa Catarina, en rutas provinciales.
El Ministerio de Infraestructura informó este viernes que los bloqueos organizados por camioneros bolsonaristas perdieron fuerza y no hay puntos de bloqueos o piquetes en las carreteras nacionales.
Bolsonaro retrocedió y dijo que respetará los poderes del Estado
Asimismo, el Ministerio indicó que manifestaciones al costado del camino ocurren en los estados de Rio Grande do Sul, fronterizo con las provincias de Corrientes y Misiones, en Santa Catarina y en la amazónica Rondonia.
Bolsonaro había pedido a los camioneros deponer la actitud para no generar desabastecimiento y causar aun más ajustes en el precio de los combustibles.
Con este pedido, Bolsonaro decepcionó a parte de sus bases -sobre todo a camioneros autónomos y a empresas ruralistas de transporte de granos- por haber cedido en sus posiciones y aceptado este jueves tras 48 horas de amenaza de golpe de Estado, y en una carta pública respetar las decisiones del juez Alexandre de Moraes, del STF.
Crece la sombra de un golpe en Brasil tras las amenazas de Jair Bolsonaro
Este martes, ante una multitud en San Pablo, Bolsonaro había dicho que iba a desobedecer a Morais pero quedó aislado ante los poderes del Estado que tuvo que escribir una carta rectificadora de su posición, lo que dejó a sus partidarios defraudados.
Sobre todo porque quien tejió esos puentes de institucionalidad fue el expresidente Michel Temer, elegido por Bolsonaro como ‘pacificador’ entre los poderes.