Cinco cosas extrañas que le ocurren a tu cuerpo cuando hace frío
Llegó el invierno y el frío se hace sentir. Repasamos cinco cosas raras que le pasan a tu cuerpo y a tu mente cuando hace frío, y sus explicaciones.
Comenzó la temporada más fría para el hemisferio sur, y con el inicio del invierno astronómico las bajas temperaturas dicen presente de manera puntual. Cada año la banda del invierno y la banda del verano se disputan el título de la “mejor estación”.
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Los que forman parte del “Team Verano” se declaran fanáticos de las temperaturas elevadas, incluso prefieren una sensación térmica de 40 °C antes que sufrir valores por debajo de los 10 °C. Por el otro lado, el “Team Invierno” argumenta que con el frío todo es más fácil “¡porque te abrigas y listo!” , pero… ¿es realmente así? Te contamos 5 cosas extrañas que le ocurren a tu cuerpo y mente cuando llega el invierno.
La piel se eriza con el frío
La conocida como “piel de gallina” científicamente se llama horripilación cutánea o piloerección y ocurren por distintos motivos, entre ellos por el descenso de la temperatura ambiente.
Se trata de una reacción fisiológica e involuntaria que activa la contracción de los músculos erectores del vello, y provoca que el aspecto de la piel cambie debido a que los poros se expanden y causan que se erice.
La conocida como “piel de gallina” científicamente es horripilación cutánea o piloerección.
El sistema nervioso simpático se encarga de regular la contracción de los músculos y la secreción de varias glándulas, su función es detectar, por ejemplo, cuando nuestro cuerpo está en peligro, ya sea atravesando una situación de conflicto, estrés, ansiedad o frío, entonces se libera adrenalina.
Cuando se segrega esta hormona de producir una serie de reacciones en todo nuestro cuerpo poniéndolo en alerta, para que pueda luchar o huir si está en peligro.
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Tiritar o temblar de frío
Todo comienza en el hipotálamo, una parte del encéfalo situada en la zona central de la base del cerebro formada por sustancia gris. Es una glándula muy pequeña pero de importancia vital porque controla el funcionamiento del sistema nervioso y la actividad de la hipófisis.
Dentro de las múltiples funciones se encuentra la termoreguladora. El hipotálamo es una especie de termostato corporal que regula la temperatura de nuestro cuerpo constantemente tomando decisiones según la situación y ambiente que atravesamos.
El hipotálamo le da la orden a los músculos del cuerpo para que produzcan movimientos de contracción de forma repetitiva y así generar calor.
En nuestra piel tenemos termorreceptores, cuando estos considerando que el frío del ambiente que nos rodea pone en riesgo el mantenimiento de la temperatura corporal óptima para desarrollar todas nuestras funciones vitales, envía entonces una señal de alerta al hipotálamo.
Luego de procesar esa información, el hipotálamo le da la orden a los músculos del cuerpo para que produzcan movimientos de contracción de forma repetitiva, y así percibimos que comenzamos a temblar de manera involuntaria y sin poder dejar de hacerlo.
La temperatura ambiente muy baja puede poner en riesgo el mantenimiento de la temperatura corporal óptima para desarrollar todas nuestras funciones vitales.
Esos movimientos involuntarios de los músculos liberan energía en forma de calor (como cuando estás practicando algún deporte), solo que esta vez no te estás moviendo de manera intencional, es el hipotálamo el que trabaja para tu seguridad, y hace que las contracciones de tus músculos consuman energía corporal para transformarla en el calor que estás necesitando para regular tu temperatura.
Nos “moquea” la nariz cuando hace frío
Cuando nos exponen a un ambiente muy frío una de las primeras reacciones de nuestro organismo es el “moqueo” de la nariz, puede parecernos molesto y se da sin estar resfriados.
Cuando hace mucho frío nuestro cuerpo decide generar más mocos para proteger y lubricar el delicado tejido epitelial del interior de la nariz y así evitar lesiones.
Y es que para proteger y lubricar el delicado tejido epitelial del interior de la nariz, cuando hace mucho frío nuestro cuerpo decide generar más mocos. De esta manera la inteligencia natural de nuestro cuerpo evita la secuela en esas situaciones que pueden causar heridas y hasta sangrado nasal.
Riesgo de sufrir infartos
Según el Dr. Albert Ahn, instructor clínico de medicina interna de Langone Health de la Universidad de Nueva York, en un ambiente frío hay más riesgos de sufrir un infarto. Esto es mas común en los adultos mayores y en personas con problemas cardiacos.
“Cuando el cuerpo trata de conservar el calor, aumenta la presión en el corazón. Tiene que trabajar más para bombear sangre a las extremidades. Y también aumenta ligeramente la presión arterial”. El Dr. Ahn recomienda llevar una vida sana, revisar cualquier síntoma y controlar con más cuidado la presión arterial en invierno, sobre todo en los hipertensos diagnosticados y medicados, según un artículo publicado en la edición estadounidense de ‘The Huffington Post’.
Depresión invernal
En invierno las bajas temperaturas están acompañadas por días más cortos. Las noches se alargan y las horas con luz solar se reducen, además los días nublados que bloquean la radiación suelen ser más frecuentes. Tener menos exposición a la luz solar puede afectar el ánimo a causa de la falta de vitamina D.
El trastorno afectivo estacional es un problema de salud mental relacionado con la depresión que le suele ocurrir a algunas personas en los meses invernales.
Esta situación puede variar de leve a severa, y en los casos más extremos se da un trastorno afectivo estacional, un problema de salud mental relacionado con la depresión que se da mas en los meses de frío.
La recomendación de los médicos es hacer ejercicio y exponerse el mayor tiempo posible a la luz del Sol, los suplementos de vitamina D pueden ayudar con los cambios de ánimo más leves, pero en algunos pacientes el ánimo afecta a su vida cotidiana y suelen necesitar tratamientos especiales.