Cuáles eran los destinos más frecuentes del misterioso avión venezolano
Una investigación de la Unidad de Datos de Infobae reconstruyó los países en los que aterrizó la aeronave impugnada por Estados Unidos desde que es operada por el gobierno venezolano. Se desconoce quiénes fueron sus tripulantes y la carga que llevó en esos vuelos
Irán, Rusia, Serbia, Bielorrusia y Nigeria. El misterioso avión venezolano que está varado en Argentina por orden judicial aterrizó durante los últimos meses en aeropuertos exclusivamente afines al gobierno chavista. La aeronave quedó retenida en Ezeiza después de que se quedara sin combustible. Si bien tenía como próxima escala Uruguay, ese país le denegó el acceso a su espacio aéreo, por lo que debió regresar al aeropuerto argentino. El destino más frecuente del Boeing 747-300 de la empresa venezolana Empresa de Transporte del Sur SA (Emtrasur) fue Teherán: seis vuelos llegaron a ese destino en los últimos cinco meses. Pero tampoco se privó de llegar hasta Moscú cuando Vladimir Putin ya había ordenado la invasión a Ucrania.
Siete horas después, la aeronave se movió unos pocos kilómetros hasta el aeropuerto de Vnukovo, también en la capital rusa. Y ese mismo 25 de mayo volvió a despegar de regreso a Irán. Volar a Rusia no es fácil desde que comenzó la guerra en Ucrania. Como consecuencia del bloqueo aéreo para aviones rusos, Vladimir Putin ordenó el cierre del espacio aéreo para 36 países, aunque Venezuela no está en esa lista por sus buenas relaciones con el gobierno ruso.
Como si fuera apenas una escala, el avión venezolano retomó vuelo el mismo 25 de mayo desde Irán rumbo a Belgrado. La capital de Serbia fue otro destino frecuente para la aeronave, que aterrizó cuatro veces en su aeropuerto desde febrero. Serbia es otro país clave para Nicolás Maduro en el escenario internacional, tanto desde el punto de vista económico como diplomático.
Allanan el hotel donde se alojan los iraníes que tripulaban el avión venezolano
La Unidad de Datos de Infobae reconstruyó los vuelos que realizó esta aeronave desde que fue adquirida por el gobierno de Nicolás Maduro en febrero de 2022, a partir de los registros históricos en la base de datos Flight Radar. Fueron 32 tramos aéreos desde esa fecha, todos bajo la lógica de alianzas políticas del chavismo. Sin embargo, se desconoce hasta ahora quiénes fueron sus tripulantes en esos vuelos y qué tipo de carga se trasladó.
El avión quedó bajo la lupa de la justicia argentina luego de que se activaron las alertas internacionales ya que en su tripulación había 14 venezolanos y cinco iraníes. Irán es uno de los principales aliados comerciales de Venezuela. De hecho, Maduro visitó la semana pasada Teherán para firmar convenios de cooperación bilateral por 20 años enfocados en la industria petrolera. En esa visita, el mandatario venezolano elogió la intervención que hizo el presidente argentino Alberto Fernández en la Cumbre de las Américas en Los Ángeles. “Ha hecho un discurso firme, claro, valiente y puso todo en su lugar“ – señaló Maduro – y “le puso la guinda a la torta”.
El destino más frecuente de este Boeing 747-300 adaptado para carga es Irán. Aunque todavía es un misterio por qué si el avión utiliza bandera venezolana su tripulación está integrada habitualmente por iraníes en distintos viajes por América Latina, como ocurrió con Argentina y el mes pasado ya había sucedido en Paraguay.
Los vuelos del avión venezolano a Irán se repitieron todos los meses, desde febrero hasta mayo, cuando se concretaron tres tramos, según la información contenida en la base de datos Flight Radar. Algunos de esos vuelos se realizaron directamente desde Caracas y, en otras ocasiones, la aeronave de carga ya estaba en otros destinos más cercanos a Teherán.
Uno de los itinerarios más llamativos de la aeronave ocurrió el 21 de mayo, cuando el mundo ya estaba en guerra. El Boeing 747 con matrícula YV 3531 despegó desde Caracas rumbo a Teherán. La aeronave permaneció cuatro días en la capital iraní hasta el 24 de mayo, cuando partió hacia el aeropuerto internacional de Ostafyevo, en Moscú, donde aterrizó a las 3.35 AM del día siguiente.
El Boeing 747 había quedado bajo la lupa de las autoridades de Estados Unidos porque fue, hasta enero pasado, propiedad de la empresa iraní Mahan Air, sospechada de colaborar con Al Quds, la fuerza paramilitar de élite del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, considerada terrorista por las autoridades norteamericanas. Estados Unidos acusa a Mahan Air de transportar cargas militares en aviones civiles y en 2011 impuso sanciones para quienes operen con la aerolínea iraní al incluirla en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros Sanciones del Tesoro de los Estados Unidos (OFAC).
En febrero, el avión fue comprado por el estado venezolano a través de la empresa pública Emtrasur, una filial de carga de la aerolínea estatal Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa), y cambió su matrícula a YV 3531.
El primer viaje que realizó cuando el avión pasó a tener bandera venezolana fue al aeropuerto de Minsk, en Bielorrusia, el 11 de febrero último. Se trata de un país importante en el comercio bilateral con Venezuela, con el que también suscribió un acuerdo bilateral, como hizo Hugo Chávez con Néstor Kirchner allá por 2004. A su vez, Bielorrusia es un histórico aliado de Rusia, como quedó en evidencia tras la invasión a Ucrania.
Después de volar a Irán y Serbia, la aeronave emprendió el vuelo más largo en este semestre. Salió el 1° de marzo desde Caracas rumbo a Lagos, la ciudad más importante de Nigeria. Esa nación tiene como presidente desde 2015 a Muhammadu Buhari, un militar musulmán que ya había gobernado el país entre 1983 y 1985 tras un golpe de Estado que depuso al gobierno constitucional. El vuelo del Boeing 747 de la empresa venezolana Emtrasur se concretó tres días después de que el canciller venezolano mantuviera una conversación telefónica con su par nigeriano para estrechar la colaboración binacional en materia energética, según informó el gobierno chavista.
Otro destino lejano que visitó en dos ocasiones fue Myanmar. El primer viaje se concretó el 23 de abril y el segundo unos días después, el 9 de mayo. Venezuela también mantiene una buena relación diplomática con ese país, uno de los principales aliados de Rusia en Asia.
Retuvieron en Ezeiza un avión venezolano sancionado por Estados Unidos
Los viajes a destinos latinoamericanos también fueron frecuentes en estos meses. Aunque en varias ocasiones la aeronave fue geolocalizada en distintas islas del Caribe, los registros de Flight Radar no permitieron que se identificara un aeropuerto de destino. Sólo Aruba y Santo Domingo (República Dominicana) aparecen como lugares de aterrizaje en el mar caribeño.
Como publicó Infobae, el avión también estuvo en Paraguay. Aterrizó en el aeropuerto Guaraní, en la ciudad de Minga Guazú, a solo 13 kilómetros de Ciudad del Este. Al igual que en el vuelo que llegó a Ezeiza, la tripulación estaba integrada por venezolanos e iraníes. Según el manifiesto del vuelo, publicado por medios paraguayos, fueron 11 venezolanos y 7 iraníes, de los cuales solo dos coinciden con los tripulantes del vuelo a Ezeiza que esperan una definición de la Justicia argentina: Gholamreza Ghasemi y Abdolbaset Mohammadi. La actividad que realizaron los 11 tripulantes venezolanos y los siete iraníes en la Triple Frontera durante las 48 horas que estuvieron es un misterio.
El lunes 16 de mayo el avión transportó un cargamento de más de 7.000 paquetes cigarrillos por un valor declarado de USD 755.000 de la empresa paraguaya Tabacalera del Este SA, del ex presidente Horacio Cartés. Aterrizó horas después en el aeropuerto Reina Beatriz de Aruba, una isla ubicada frente a Venezuela.
El Boeing 747 de bandera venezolana también viajó dos veces a México, otro país que también mantiene una sintonía ideológica por su presidente Andrés Manuel López Obrador. De hecho, el mandatario mexicano fue el primero que le pidió a su par norteamericano Joe Biden que invitara a Venezuela a la Cumbre de las Américas que tuvo lugar la semana pasada en Los Ángeles. El avión del Estado venezolano estuvo el 8 de abril en Ciudad de México. No sería su único vuelo a ese país.
El 4 de junio aterrizó en el aeropuerto de Querétaro, a las 4:10 de la madrugada, proveniente de Caracas. Desde allí emprendería el vuelo de la polémica hacia Buenos Aires cargado con componentes para autopartes destinadas a la automotriz Volkswagen. Pero por la niebla, la aeronave fue desviada el lunes 6 hacia el aeropuerto de Córdoba. Dos horas más tarde, a las 14.35, llegó a Ezeiza, donde lo estaban esperando la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), la Aduana, Migraciones y la Policía Federal en un operativo conjunto. En la revisión de la carga, “no se encontró nada extraño y fue liberada”, según una fuente de la PSA.
Tanto la autopartista SAS Automotriz SA – que adquirió las piezas en México – como Volkswagen Argentina emitieron comunicados en los que se desvinculaban del vuelo de Emtrasur. En el caso de Volkswagen, señaló que adquiere esas piezas directamente de SAS Automotriz SA, mientras que esta compañía afirmó que había encargado el envío de estos componentes procedentes de México a Forwarder Fracht USA, una compañía internacional de servicios logísticos.
El diputado opositor Gerardo Milman presentó un pedido de informes a la Cámara Baja y luego una denuncia ante la justicia para que se investiguen “los comportamientos presumiblemente anómalos” que realizó el vuelo. Según el legislador de Juntos, la aeronave “apagó el transponder, que es como un GPS del avión, en su vuelo Córdoba-Buenos Aires”, algo que fue desmentido desde dos organismos que dependen del Ministerio de transporte, la Administradora Nacional de Aviación Civil (ANAC) y la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA).
El ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, dijo que al momento de ingresar a Argentina inicialmente no existían alertas rojas ni ningún tipo de medida similar en contra de ninguno de los tripulantes. Agregó que posteriormente el gobierno argentino recibió información de organismos internacionales que advertían sobre “la pertenencia de parte de la tripulación a empresas relacionadas con las Fuerzas Quds”.
Una de las hipótesis es que el viaje a Buenos Aires sea parte de una maniobra de otro tipo, de “reconocimiento de rutas”, vinculada a una actividad de inteligencia.
El juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, le ordenó el domingo último a la Dirección de Migraciones que retenga el pasaporte de los cinco iraníes que viajaban en el avión inmovilizado por otras 72 horas. Además, aceptó como querellante a la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), que presentó una denuncia y solicitó varias medidas de prueba. Entre ellas, que se libre un oficio a la compañía que recibió las autopartes, al Departamento del Tesoro de los Estados Unidos para que se expida al respecto de la aeronave, y que se libre un exhorto a Interpol respecto de los pasajeros que venían en el vuelo. Ayer martes 14, el magistrado le encargó al área de Cibercrimen de la Policía de la Ciudad la pericia de los teléfonos y tablets secuestrados a los tripulantes del avión sospechoso. El magistrado decidió correr a las fuerzas de seguridad nacionales porque están involucradas en la investigación.