La bahía del Portitxol en Jávea (Alicante) ha albergado durante 1.500 años, sin saberlo, uno de los mayores conjuntos de monedas romanas de oro de España y Europa.
Se cree que podrían haber sido ocultadas intencionadamente para evitar saqueos de los bárbaros. Luis Llens y César Gimeno, dos aficionados al buceo en apnea, se toparon a finales de agosto con un puñado de monedas en el fondo del mar.
Su objetivo era disfrutar de una jornada de snorkel y retirar la basura que se encontraban durante sus inmersiones marinas. De casualidad, Lens vio algo brillante metido en un pequeño orificio como de botella y al subir a bordo observó que aquella circunferencia tenía trazados unos dibujos con caras que le recordaron a los antiguos griegos o romanos.
Posteriormente ambos amigos volvieron a bajar para seguir investigando y lograron reunir siete más. En total fueron ocho las monedas romanas recogidas por ellos.
Pero habría muchas más. Arqueólogos subacuáticos de la Universidad de Alicante han hallado 53 monedas de oro y tres clavos gracias al aviso de estos dos nadadores.
Están datadas del periodo comprendido entre finales del siglo IV y principios del V, pero su perfecto estado de conservación permite incluso leer las inscripciones. En concreto se estiman como monedas de los periodos de gobierno de los emperadores Valentiniano I (3 monedas); Valentiniano II (7 monedas); Teodosio I (15 monedas); Arcadio (17 monedas); Honorio (10 monedas) y una moneda sin identificar.
Para el responsable del equipo de arqueólogos subacuáticos que han estudiado el terreno, Jaime Molina, se trata de un hallazgo “excepcional” a nivel arqueológico e histórico “puesto que su investigación puede ofrecer multitud de nueva información para comprender la fase final de la caída del Imperio Romano de Occidente”.
“Se trata de uno de los mayores conjuntos de monedas romanas de oro hallados en España y en Europa”, asegura el catedrático de Historia Antigua Jaime Molina.
Molina, además, afirma que los historiadores apuntan a la posibilidad de que las monedas “pudieran haber sido ocultadas intencionalmente, en un contexto de saqueos como los que los alanos perpetraban en la zona en esa época”. Por ello, “el hallazgo serviría para ilustrar un momento histórico de extrema inseguridad con la violenta llegada a Hispania de los pueblos bárbaros (suevos, vándalos y alanos) y el definitivo final del imperio romano en la península Ibérica a partir del 409 d.C.”, describe.
Las monedas ahora serán restauradas y luego pasarán a ser expuestas en el Museo Arqueológico y Etnográfico Soler Blasco de Jávea. Asimismo, la Generalitat ha habilitado nuevas excavaciones para seguir investigando la zona dada la abundancia de restos arqueológicos subacuáticos que afluyen en la bahía de Portixol.