Hallaron a una perra que estuvo meses desaparecida a 150 metros bajo tierra
Al momento de explorar algunas cuevas de Missouri, Gerry Keene descubrió con su linterna, a 150 metros de profundidad, a una perrita con el pelo apelmazado, acurrucada sobre una piedra fría.
Apenas podía moverse, así que le tomó una fotografía y salió a pedir la ayuda a los servicios de emergencia.
Los bomberos llegaron pronto, y también Rick Haley, que había escuchado la noticia y se ofreció como voluntario para meterse en la oscuridad para el operativo de rescate, gracias a sus 30 años de experiencia en espeleología.
Volver allí abajo era la única manera, y si no la sacaban se moriría.
Dos meses en una cueva, pudo sobrevivir sólo con agua
Todavía nadie sabía cuánto tiempo llevaba allí abajo, ni siquiera si tenía dueño. Pero al mismo tiempo en que se preparaban para ingresar, la foto circuló entre los residentes cercanos.
Allí se supo que era una caniche llamada Abby, desaparecida el 9 de junio. ¡Dos meses habían pasado!
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Sin datos certeros, las especulaciones aseguraban que podía haber huido de alguien o fue arrastrada por una inundación inesperada. Lo único cierto es que había que ingresar a la profundidad de la cueva para traerla de vuelta.
“Sería una dura subida vertical para sacarla. Pero estábamos preparados para eso”, dijo Haley.
Tardaron unos 15 minutos en llegar a Abby, caminando o gateando por el interior de las cuevas, pero la vuelta fue todavía más compleja: había que regresarla con extremo cuidado, en una bolsa de lona, entre túneles muy angostos.
Haley y Keene se iban pasando a la perrita de mano en mano, por lugares que parecían inaccesibles.
La mascota de la familia desde hace 14 años
Después de dos meses, con frío y sin comida (pero sí con agua, lo que le permitió sobrevivir), finalmente Abby volvió a ver la superficie.
Abby se reencontró con su dueño desde hace 14 años, Jeff Bohnert, que había sido alertado por un vecino que vio la fotografía del animal. “Es una verdadera sobreviviente”, dijo.
La vista de la perrita tardó cierto tiempo en volver a acostumbrarse a la luz, después de vivir en la oscuridad durante dos meses. Un baño y caldo de pollo fue lo primero que probó al volver al hogar.
El agradecimiento hacia los rescatistas no se hizo esperar. El mismo Haley aseguró que al apoyar la almohada esa noche se quedó dormido “con una sonrisa”.