“Mis sobrinos sobrevivieron a un calvario”: la dura historia familiar de Analía Franchín
La periodista contó la dramática situación que atravesó su familia y concientizó sobre muchas de las adversidades a las que se enfrentan los chicos con TEA ( Trastorno del Espectro Autista).
Analía Franchín explicó algunas de las situaciones dramáticas y violentas que atravesaron sus dos sobrinos con autismo. En realidad, a quienes hizo referencia fue a los hijos de su sobrina -quienes fueron criados por la mamá de la periodista, debido a los problemas de adicción que tiene su hermana-. “Ellos sobrevivieron a un calvario”, remarcó en A la Barbarossa (Telefe).
Analía contó esta dura historia familiar después de que en el programa charlaran con la madre y la abuela del nene, de 8 años, con Trastorno del Espectro Autista (TEA) al que le hicieron bullying y lo golpearon en una escuela de San Martín, provincia de Buenos Aires.
Ese caso movilizó a Franchín, quien relató cómo su sobrino mayor advirtió que estaba siendo víctima de violencia doméstica y logró revertir una situación muy angustiante: “Él pudo escribir una carta a la directora del colegio donde dijo lo que le hacía el padre: le pegaba, lo insultaba y lo dejaba afuera de la casa. Y si mi sobrina se quería meter, la ligaba ella también”.
A partir de los maltratos que sufrían los chicos y su sobrina, ella tomó una decisión clave para mejorar la calidad de vida de los chicos: les brindó un hogar. “Me tengo que hacer cargo de todo”, dijo sobre las cuestiones judiciales y económicas.
Por otra parte, cuestionó que el padre de los chicos solo les pase 23 mil pesos por mes: “Según la Justicia, eso es suficiente para chicos discapacitados”.
Más allá de la violencia que sufrieron por parte de su padre, Analía Franchín contó que sus sobrinos tienen otras dificultades propias del TEA.
Una nena con autismo se escapó del jardín y la encontraron en medio de una calle de Santa Fe
“Mi sobrino que está internado desde hace 12 días. Porque él tiene piel atómica y con su problema de TEA tiene la parte sensorial tan afectada que no se da cuenta de que se lastima. Está todo lastimado y se infectó. Toma tanta batería de medicación que uno no sabe cuál es la que le da alergia. ”, señaló entre lágrimas.
Y agregó: “Encima, la medicación psiquiátrica tarda 3 o 4 semanas en hacer efecto, entonces, cuando se las cambiás, tenés que hacer todo un proceso de adaptación y ver si funciona. La gente no tiene idea de lo que sufre un chico con TEA”.
Además, lamentó que cada vez haya más chicos con autismo y menos inclusión: “Antes iban a colegios especiales, pero eso también es estigmatizarlos porque comparten jornadas con chicos que tienen otras patologías y en vez de avanzar retroceden. La idea debería ser que se integren con otros compañeros”.