Pablo Pérez tiene su videojuego
La propuesta lúdica, inspirada en el incidente protagonizado por el mediocampista de Newell’s, fue lanzada por la empresa rosarina Carpincho Games.
El clásico rosarino se vive intensamente, tanto antes como después del partido, más cuando uno de los equipos logra el triunfo, como sucedió este 2021 con Rosario Central. En la previa, los unos y los otros se desviven por ajustar el más mínimo detalles en busca del tan ansiado triunfo y después, cuando el árbitro pita el final del encuentro, llegan, como una catarata incontenible, las cargadas, los memes y se desata la creatividad del tablón.
Tras la derrota por 3 a 0 que sufrió el equipo el parque Independencia, los grupos de WahtsApp y las redes sociales se llenaron de bromas inspiradas en el tradicional folclore futbolero local. Uno de los episodios en los que se hizo foco, por lo llamativo y porque demoró el partido varios minutos, se dio cuando un dron sobrevoló el campo de juego del Gigante y Lucas Gamba lo bajó y Pablo Pérez lo destrozó después de un pisotón.
El video del incidente se viralizó en las redes sociales y fue la comidilla de los bromistas, que hicieron blanco en el irascible mediocampista rojinegro que destrozó el dispositivo que surcó el aire del estadio con una bandera con un mensaje irónico dirigido a los jugadores de Newell’s. Pero hay más: una empresa local dedicada a la creación de videojuegos lanzóuna versión especial del clásico Space Invaders basado en el episodio.
El cerebro detrás de la iniciativa fue Erik Otero, joven titular de la empresa Carpincho Games, quien aprovechó la imagen viral del clásico y desarrolló con la colaboración del dibujante Chulengol un videojuego en el que los jugadores pueden meterse en la piel de Pablo Pérez y destruir drones con una pelota, mientras, haciendo gala de su habilidad para el joystick o el teclado de la computadora, esquivan tarjetas amarillas que caen del cielo.
Para no herir sensibilidades y evitar problemas legales, al protagonista del juego se lo bautizó como Pobla Peres y, aunque el juego es de una simpleza que está a años luz de sus pares más modernos, miles de rosarinos se sumaron a jugarlo.
El propio Otero explicó los motivos que lo llevaron a impulsar la iniciativa y sus razones son atendibles. “La idea también es descomprimir la locura que se vive con estos partidos”, explicó con buen tino.