Por la sequía, una ciudad italiana prohíbe a los peluqueros lavar el cabello dos veces
“Entre peluquerías y barberos tenemos una decena de salones. Si multiplicamos el agua utilizada para cada cliente, estamos hablando de miles de litros por día”, explicó el alcalde de Castenaso, Carlo Gubellini.
Los peluqueros de la ciudad de Castenaso, en el norte de Italia, tienen prohibido realizar un segundo lavado de cabello a sus clientes, a fin de ahorrar agua en medio de una severa sequía que azota a las regiones centro-norte del país, recogen medios locales.
“Entre peluquerías y barberos tenemos una decena de salones. Si multiplicamos el agua utilizada para cada cliente, estamos hablando de miles de litros por día”, afirmó el alcalde de esa localidad de 16.000 habitantes, Carlo Gubellini.
Italianos se enfrentan a multas de hasta 500 euros por desperdiciar agua
“De un grifo abierto fluyen al menos 13 litros de agua por minuto”, reza el manual que acompaña la ordenanza. Y por lo tanto, explica Gubellini, se requieren al menos 20 litros para enjuagar el cabello de una persona dos veces. “En la situación en la que nos encontramos, ya no nos lo podemos permitir”, remarcó.
Asimismo, aclaró que la prohibición “no tiene un propósito opresivo” sino de “empoderar a los ciudadanos” y que fue bien recibida por los habitantes. De otra parte, señaló que los infractores se enfrentarán a multas de hasta 500 euros (526,5 dólares).
“Espero poder modificar la ordenanza, pero la situación actual es verdaderamente alarmante. Hasta el 29 de junio, la región de Emilia-Romaña tiene las reservas de agua necesarias para regar los campos. A partir de julio, las cosas pueden empeorar drásticamente”, manifestó el alcalde.
En adición a la restricción impuesta a los peluqueros, en la ciudad se ha prohibido el riego de huertas y jardines entre las 8 y las 21 horas. “Hasta ayer teníamos mucha agua, pero ya no es así y nuestros hábitos tendrán que cambiar”, concluyó Gubellini.
La peor sequía en los últimos 70 años
Italia se enfrenta a la peor sequía de los últimos 70 años, que amenaza con crear problemas alimentarios y energéticos, ya que ha provocado el descenso del nivel del agua en el río más grande del país.
El nivel de las aguas del río Po, de unos 650 kilómetros de longitud, que sustenta los centros industriales del país, ahora es tan bajo que todo, desde la producción de verduras hasta la energía hidroeléctrica y la pesca, se ve afectado negativamente.