¿Por qué en el Censo 2022 se pide el DNI si el trámite es anónimo?
Por primera vez en la historia, el censo nacional de 2022 puede ser completado de manera virtual desde el celular y a través de la web.
Desde que se lanzó este miércoles, más de 485 mil hogares ya completaron el registro por esa vía. Sin embargo, la polémica irrumpió porque en el formulario digital se pide consignar el número de DNI y el correo electrónico personal. Se trata de una solicitud inédita para un instrumento que suele resguardar el secreto estadístico y que, según expertos informáticos, expone a los usuarios a riesgos a la privacidad y la sustracción de datos personales.
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Las críticas se empezaron a multiplicar durante la tarde del miércoles en las redes sociales, después que el director del Indec, Marco Lavagna, presentó la herramienta de recolección de la que se obtendrá la nueva “foto” de la población. El último operativo censal se hizo en 2010, asarozamente coincidente con la muerte del ex presidente Néstor Kirchner.
La novedad y controversia surgió a partir del formato “bimodal” del censo nacional 2022. Por un lado, seguirá vigente la encuesta tradicional y presencial que volverá a hacerse por casa el próximo 18 de mayo. Para aquellos que quieran acelerar los tiempos, quedó disponible la opción virtual, que habilita a los usuarios a introducir la información del censo de manera anticipada.
Desde las redes sociales, usuarios y especialistas informáticos llamaron la atención sobre los riesgos a la privacidad involucrados en el cuestionario digital. Para comenzar a completarlo, el sitio web del censo exige datos personales como el número de DNI y la fecha de nacimiento. Con ese paso, se genera un comprobante con un código alfanumérico de seis dígitos que deberá ser presentado ante los censistas, cuando asistan a los domicilios el 18 de mayo. A lo largo del procedimiento se consigna, además, el nombre del jefe de hogar, género y edad de la persona que suministra la información.
Los detractores de esta metodología abrieron la sospecha de que la información sensible que recoge el censo digital permite personalizar la carga de la información, lo que expone a potenciales hackeos y ataques informáticos a la privacidad. En el operativo presencial, los censistas no van a pedir el número de documento ni el nombre y apellido a las personas relevadas, si bien hubo una intención oficial de incluirlo en el formato luego de reproches de organizaciones civiles y académicas.
“El cuestionario censal no solicita DNI”, aclararon voceros del Indec. “El número de documento, junto al día y mes de nacimiento es una pantalla temporal que se utiliza para verificar que quien va a entrar a responder el cuestionario digital es una persona humana/real, y no un robot, con la edad suficiente (a partir de los 14 años) para contestar en nombre de todos los miembros del hogar. La validación es requerida únicamente para el ingreso al cuestionario censal y el resguardo de su información”, ampliaron desde el organismo.
En declaraciones públicas, Marco Lavagna insistió que la información del DNI no queda guardado en una base de datos. La página oficial lo aclara a través de una leyenda, en la que afirma que el documento “no se vinculará con la información que registraré en el Censo Digital, ni será almacenado”. “Autorizo que se utilice mi DNI solo para habilitarme el acceso a completar el cuestionario en nombre de todos los miembros de mi hogar”, prescribe el mensaje.
El sitio, además, aclara que las respuestas de cada persona son absolutamente confidenciales y están protegidas por el secreto estadístico dispuesto en la Ley 17.622. E informa que el almacenamiento del resto de los datos serán recolectados en los servidores de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima (ARSAT), bajo técnicas de “anonimización, encriptación y gobernanza de los datos” inspirados en la Ley 17.622 y otras normativas complementarias.
Pero los expertos desconfían.
“La aplicación web tiene un cartel que dice que no se van almacenar datos. Por supuesto, es una falsedad que no creo que sea intencional. La idea de usar el DNI es para que no haya dos formularios iguales, o no se conteste dos veces lo mismo. ¿Si no se almacena, para qué se lo pide? En algun lugar se tiene que guardar para compararlo. El problema de esto es que da la posibilidad de que haya un montón de datos identificables”, deslizó Enrique Chaparro, matemático (UBA) especializado en seguridad informática y miembro de la Fundación Vía Libre y la International Association of Cryptologic Research.
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Según Chaparro, los datos subidos a la web con el DNI y el correo electrónico personal tienen que estar vinculados a una base de datos. Explica que solo con ese método se puede recuperar el cuestionario en tiempo real y tener la facilidad de completarlo en partes. “Si después eso se desvincula el código y de la cuenta de correo, no lo sé. El INDEC no se ha tomado el trabajo de aclararlo”, precisó.
Desde ese punto de vista, el experto planteó la información identificatoria con el DNI “no es indispensable” para chequear la existencia de robots o el posible suministro información falsa, y que existen otros mecanismos “identificadores” alternativos, sin tener que compararlos con una “identidad particular”. Y alertó que nada impide que una persona humana pueda cargar datos falsos bajo el esquema actual.
“Siempre se puede poner el número de DNI de otra persona y otro domicilio. Para evitarlo, se supone que el censista va a tener que pedir los comprobantes y verificar lo que se completó vía web”, agregó.
En el Ministerio del Interior de la Nación, a cargo de la elaboración de la elaboración y control de los documentos de identidad, aclararon a Infobae que “no participan de ninguna instancia del censo” y que solo “brindan servicios de actualización de datos cuando lo requieren, como a cualquier otro organismo del Estado”. “No hay ninguna conexión o vinculación en línea con el formulario web del censo”, aclararon.
Otro punto crítico de la encuesta, según Fundación Vía Libre, es la constatación de la existencia de “trackers” en el envío de los códigos alfanuméricos a los correos personales. El tracker tiene el objetivo, en este caso, de “establecer un vínculo entre el destinatario del correo y el código de vivienda”. La curiosidad es que estos “seguidores”, según el análisis de sus URL’s, estan asociados al dominio de la empresa mdirector.com, una compañía privada de origen extranjero que se dedica al marketing online.
“Supongo que han contratado la gestión de estos correos para facilitar al usuario, pero la solución más segura es hacerlo con recursos propios del Estado. Un tercero malicioso puede hackear al prestador privado, obteniendo el acceso a todos los formularios y esas direcciones en tránsito”, indicó Chaparro.
Usualmente, los “trackers” tienen un fin comercial. Chaparro precisó que son algunos de los procedimientos que “recogen las miguitas que vamos dejando -en la web- para ofrecer cosas que necesitamos”. “Pienso en el valor comercial que puede tener una información como ésta para un tercero y creo que ofrece un corte social, basado en direcciones de correo, sobre un público técnicamente educado lo suficiente para completar un censo”, especuló el matemático de Vía Libre.
Los potenciales riesgos del cuestionario digital recién ingresa entre la dirigencia política. La vicepresidenta del PRO cordobés y diputada nacional, Soher El Sukaria, presentó un pedido de informes al Congreso para solicitarle al Poder Ejecutivo sobre las garantías de seguridad y la privacidad del secreto estadístico del Censo 2022.
El Sukaria recordó los últimos ataques informáticos en los que se “demostró debilidad en los sistemas de seguridad del Estado, en relación a los robos de datos que se produjeron en la Dirección Nacional de Migraciones en 2020, al Renaper en 2021 y al Senado de la Nación en enero de este año. Y apuntó que “no es claro en la web del Censo Digital cómo funciona el sistema”.
“Se solicita información indicando si no existe forma de correlacionar las distintas bases de datos a los fines de obtener información sensible sobre la persona”, agregó la diputada, e insinuó: “¿Qué resguardo tenemos de que la información allí vertida no sea utilizada con fines electorales?”.
Infobae preguntó a fuentes allegadas a la Agencia de Acceso a la Información Pública (AAIP), la autoridad descentralizada de aplicación de la Ley de Protección de Datos Personales, si intervendrán en el proceso para verificar si existe algún riesgo en la seguridad y transparencia en la carga de datos en el formulario web. No hubo respuestas a la consultas.
En el Indec, mientras tanto, defendieron el cuestionario online y recordaron que es “complementario” y opcional. Quienes tengan dudas o suspicacias con el sistema, reiteraron, pueden esperar al censista a la vieja usanza en la puerta de su casa el próximo 18 de mayo.