¿Qué es síndrome de estrés vacacional?
Las vacaciones estresan? ¿Pueden ser un problema planificarlas y transitarlas? Así es en algunos casos. Tal vez te identifica este tema: si es así, esta nota tal vez te ayude a esclarecer qué pasa y cómo podés afrontar las dificultades.
El licenciado en Psicología Alexis Alderete nos habla del Síndrome de estrés vacacional. Cuenta que es un trastorno provocado por la dificultad de adaptación de las vacaciones, así como lo estás leyendo. Para ciertas personas se vuelve difícil dejar atrás por varios días la vida laboral y la rutina cotidiana.
“El estrés vacacional es provocado por todos los preparativos a realizar y la dificultad de adaptarse al cambio”, dice. Habla de ese no poder desconectarse de la actividad laboral, de vivir como una obligación la de disfrutar y relajarse, los cambios en la convivencia, que implica pasar más tiempo con la pareja y los hijos, lo que implica un cambio de rutina.
Los síntomas que provoca suelen ser la aparición de ansiedad, irritabilidad, insomnio y dolores de cabeza acompañados de un sentimiento de insatisfacción y tristeza constante.
Según su experiencia, cada vez es más frecuente escuchar en las consultas que los problemas empiezan en las vacaciones, que todo se vuelve una preocupación. “Las personas viven la situación de ocio como un factor estresante que desencadena una mayor ansiedad o estrés y da lugar a lo que llamamos Síndrome de estrés vacacional”, nos dice.
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Consejos para no estresarse en vacaciones
- Lograr ponerse límites a uno mismo y a los otros (no ceder frente a las demandas laborales que no respetan el tiempo vacacional).
- Buscar actividades placenteras que generen satisfacción personal y puedan funcionar como “vehículo de descarga” tensional: actividades físicas, sociales o hasta mentales como juegos de ingenio o comenzar aquel libro que posponés por falta de tiempo.
- No pretender generar cambios radicales en la personalidad, “a partir de ahora, voy a dejar de ser una persona ansiosa”.
- Consensuar el lugar de vacaciones teniendo en cuenta los espacios y las necesidades de toda la familia.
- Programar salidas de pareja, aunque sea de poco tiempo, pero solos.