Se dislocó la mandíbula intentando comer una hamburguesa
Holly Strevens, de 34 años, se dislocó la mandíbula mientras estiraba la boca para comerse una hamburguesa triple de KFC.
Nunca consideró que el mundano acto podría causarle tanto dolor, pero siete años después las consecuencias de esa mordida le impiden abrir su boca más de 13 milímetros.
“Estaba comiendo mientras miraba la televisión y de repente sentí un fuerte ruido como de crujido“, relató Strevens a The Sun sobre el incidente ocurrido en 2014. “Fue mi articulación de la mandíbula izquierda. Parecía normal pero se sentía horrible y seguía ‘bloqueando y desbloqueando’. Debo haber estirado demasiado la boca al morder la hamburguesa“.
La madre, que vive en el condado inglés de Hampshire, asegura que “estaba completamente sana antes de comer mi hamburguesa KFC, sin patologías preexistentes“. Desde el insólito accidente, Strevens ha tenido cinco operaciones diferentes, que instalaron en total 12 tornillos en el lado izquierdo de su boca. “Me enoja que esto haya sucedido, pero le puede pasar a cualquiera que abra la boca demasiado“, afirmó.
La inglesa fue diagnosticada con trastorno de la articulación temporomandibular (ATM), condición que afecta la bisagra entre la mandíbula y el cráneo. Como consecuencia, Strevens padece de dolores crónicos, dificultad para masticar, dolor en la cara y bloqueo de la articulación. En la mayoría de los casos, la ATM es temporal y mejora al descansar la mandíbula y tomar medicamentos. Pero Strevens, con un caso severo que necesita cirugías, dice que su vida ha sido “arruinada” y que sufre constantemente.
Comenzó a sufrir convulsiones no epilépticas como resultado de su dolor en 2018, y como consecuencia perdió su trabajo como secretaria en una oficina. La inglesa tampoco puede comer una manzana, cualquier cosa masticable o dura debido al dolor: “La gente puede abrir la boca hasta 35 mm, pero el movimiento de mi mandíbula se ha reducido a 13 mm“.
Luego de una artroplastia de articulación abierta de la mandíbula fallida que obligó a los médicos a reemplazar el aldo izquierdo de su mandíbula, Strevens espera que le reemplacen también el lado derecho. Mientras tanto, hace campaña para que los restaurantes de comida rápida reduzcan el tamaño de sus hamburguesas para evitar que esto le suceda a otra persona.
“Ahora estoy clasificada como discapacitada y he perdido mi independencia por completo. Mi salud mental ha empeorado y tengo ansiedad porque podría tener una convulsión cuando estoy sola. Espero que me reemplacen el lado derecho de la mandíbula para poner fin al implacable dolor crónico“, concluyó.