Madrid prohíbe a los taxistas usar camisas de flores y las redes estallan
El Ayuntamiento madrileño ha aprobado una nueva Ordenanza del Taxi que también recoge novedades como los precios cerrados o los trayectos compartidos.
Los taxistas de Madrid no podrán a partir de ahora usar camisas de flores o estampadas, sino que tendrán que ceñir su vestuario a un código de vestimenta. El Ayuntamiento de la capital española ha aprobado una nueva Ordenanza del Taxi, con el apoyo del Partido Popular, Ciudadanos y Vox, y con el voto en contra de las fuerzas progresistas. Incorpora un puñado de novedades, aunque la que atañe a su forma de vestir ha sido la que más ha llamado la atención de los ciudadanos durante las primeras horas.
La obligación de llevar unas determinadas prendas de ropa mientras ejercen su trabajo se enmarca dentro de la mejora del servicio en tiempos de una mayor oferta de transporte público, según apuntan desde el Consistorio madrileño.
A partir de ahora los taxistas de la capital solo podrán llevar: camisa o polo lisos, sin estampados; pantalón largo o falda, ambos de vestir y oscuros; jersey, chaleco o chaqueta oscuros, si fuera necesario; y zapatos cerrados oscuros, según recoge el texto que modifica la ordenanza reguladora de este sector.
Libertad o libertinaje
Lo referente al nuevo ‘uniforme’ de los taxistas ha sido lo más comentado por los tuiteros, sobre todo en el marco de la campaña del Partido Popular a las elecciones regionales que se celebraron el pasado 4 de mayo.
Los populares arrasaron en las urnas con el lema ‘Libertad’, presumiendo en sus mítines de que ellos no le decían a los ciudadanos lo que tenían que hacer y que Madrid era la región más libre de España.
A muchas personas la obligatoriedad de una indumentaria determinada le ha recordado al uniforme que debían vestir estos trabajadores hasta los años 70, que incluía corbata y gorra de plato, incluso en los calurosos veranos madrileños.
Otras personas han planteado críticas más profundas a la nueva regulación. Por un lado se denuncia que no se ponga cota a algunas prácticas de plataformas como Uber o Cabify, sino que la nueva normativa acerca al taxi a lo que denominan ‘uberización de la economía’.
Por otro lado, también se preguntan cuál es la autoridad que tiene un Ayuntamiento para imponer un código de vestimenta a un gremio privado “donde hay autónomos, asalariados, empresas y asociaciones”. Lo cierto es que la actividad del taxi solo se puede ejercer si se posee una licencia municipal y es el Consistorio quien establece los requisitos que se deben cumplir para su concesión.
Como suele suceder en las redes sociales, muchos usuarios han optado por emplear el humor, desde recomendar a los conductores que vayan todos con falda, hasta lamentar que no vayan a poder imitar a Don Johnson en la serie ‘Corrupción en Miami’.
Otros cambios
Además de lo concerniente a la vestimenta, en el texto aprobado se recoge un abanico de novedades. El precio del trayecto podrá ser cerrado de antemano, mientras que hasta ahora solo se podía facturar lo que marcara el taquímetro. Ambas modalidades convivirán a partir de ahora. También se podrá reservar un asiento en un taxi compartido por otras personas que vayan a realizar el mismo o similar trayecto. Ninguna de las dos nuevas fórmulas se podrá utilizar cuando se pare el taxi por la calle o se tome en una parada.
La normativa establece una licencia por puntos, que se irán retirando a los conductores cuando reincidan en comportamientos especialmente graves. Si se pierden todos los puntos, el Ayuntamiento procederá a la retirada de la licencia y a la inmovilización del vehículo durante un plazo de entre tres y seis meses.
Además, para la obtención de la licencia, los taxistas deberán acreditar que no han sido condenados por delitos sexuales o contra la infancia.